La condena será dada a conocer
a mediados del próximo mes. No se permitió el acceso a
los medios por estar involucrado un menor.
General
Roca > La Fiscalía pidió ayer dos años
de prisión y cuatro de inhabilitación para dos policías
que en el año 1999 fueron acusados de llevar a dos jóvenes
–uno de ellos menor- hasta la zona Norte de la localidad de
Cervantes, para golpearlos y luego someterlos a distintos tipos de
vejámenes. Uno de ellos incluso declaró que –a
punta de pistola- un policía intentó obligarlos a tener
relaciones sexuales, y que luego de golpearlos salvajemente los dejaron
a 50 kms. del casco urbano.
El caso, que conmocionó a toda la región, comenzó
a ventilarse en los tribunales de Roca, en el juicio que se le sigue
al personal policial en la Cámara Tercera del Crimen que integran
los doctores Fernando Sánchez Frey-tes, Aldo Rolando y Carlos
Vila.
El hecho ocurrió el 14 de junio cuando los dos primos (por
las características del caso se mantiene en reserva su identidad)
y otro amigo proveniente de General Godoy transitaban con rumbo al
barrio Virgen de Luján, que se encuentra al Sur de la Ruta
Nacional 22. En ese momento, un móvil de la Policía
en el que circulaban Ricardo Garcés y Rubén Maldonado
se les habría cruzado en el camino y tras esposar a uno de
ellos se dirigieron a la sede de la Comisaría 22ª, donde
dejaron al muchacho proveniente de la vecina localidad.
A los primos los obligaron a arrojarse al piso de la camioneta y tras
ponerles una alfombra en la cabeza los habrían conducido hasta
el campo de Ruiz, ubicado en la zona de bardas.
Fue allí que comenzó el martirio para estos dos muchachos
que en ese momento tenían 25 y 15 años de edad. Uno
de los uniformados –según la requisitoria de la Fiscalía-
comenzó a pegarle patadas y rodillazos a una de las víctimas.
«Martillándole luego tres veces en arma en la cabeza
sin disparar». Luego hicieron lo mismo con el otro joven, procediendo
uno de los efectivos a repetir el rito de apoyar su arma en la cabeza
y amenazar con dispararle.
Violencia
Fue allí que al mayor de los primos lo obligaron a bajarse
los pantalones y a mantener relaciones con su familiar, a lo que se
negaron inmediatamente. La infernal noche terminó cuando los
obligaron a contar chistes «que los hagan reír»,
para luego abandonarlos a su suerte en esa zona del campo.
Fue un peón rural del campo el que prestó las primeras
asistencias a los muchachos y les ofreció un lugar donde descansar,
para luego trasladarlos hasta la ciudad para que presenten la denuncia.
En la segunda jornada y a la hora de los alegatos, la fiscalía,
encabezada por el doctor Eduardo Scilipoti, expresó que estaba
debidamente acreditada la participación de los uniformados
y pidió que sean condenados por los delitos de privación
ilegítima de la libertad, coacción, vejación,
y apremios ilegales.
Por su parte, el abogado defensor, Dr. Jorge Crespo, pidió
la absolución de sus defendidos al entender que los testigos
entraron en contradicciones.
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