El estratégico cargo quedó
en manos de Severino Cavalcanti, del opositor Partido Progresista (PP).
Brasilia (AFP-NA) > El Partido de los
Trabajadores (PT, izquierda) del presidente Luiz Inacio Lula da Silva
sufrió una grave derrota al perder el control de la Cámara
de Diputados en una elección en la que debió enfrentar
la rebelión de uno de sus miembros y que puso en evidencia
la fragilidad de sus alianzas.
En la segunda vuelta del comicio, el candidato apoyado por el gobierno,
Luiz Eduardo Greenhalgh, obtuvo apenas 195 votos, contra 300 para
Severino Cavalcanti, un dirigente conservador, de 74 años,
miembro del Partido Progresista (PP). En la primera vuelta, durante
la madrugada, Greenhalgh había obtenido 207 votos, contra 124
para Cavalcanti y 117 para Virgilio Guimaraes, un petista que presentó
su propia candidatura, pese a las presiones de los jerarcas de su
partido y del Palacio presidencial de Planalto para que desistiera.
Primera derrota
Es la primera vez desde el retorno de la democracia en 1985
que un legislador respaldado por Planalto es derrotado en la elección
para ocupar ese importante cargo, el tercero en orden jerárquico
dentro del estado brasileño, después del presidente
y el vicepresidente.
El presidente del PT, José Genoino, reconoció que «hubo
problemas en la base aliada del gobierno» y apuntó las
baterías contra Guimaraes. «Cuando PT llega a la batalla
dividido, eso disminuye su fuerza», afirmó en declaraciones
a la prensa.
El mandato de Cavalcanti durará dos años, que corresponden
a la segunda mitad del mandato de Lula, que espera hacer aprobar una
importante agenda de reformas y preparar su eventual reelección.
Lula aplazó hasta después de esta elección parlamentaria
una reforma del gabinete destinada precisamente a reforzar su base
de apoyo, y desde hace varios meses se menciona la posibilidad de
que el PP, una formación conservadora que prestó apoyo
al gobierno en proyectos clave, obtenga algún cargo ministerial.
Planes
Pero la derrota del PT puede obligar a Lula, que actualmente se encuentra
en Guyana, a repensar sus planes.
«Ya no queremos ningún ministerio. Tenemos la presidencia
de la Cámara», gritó el presidente del PP, Pedro
Correa, cuando Cavalcanti fue proclamado vencedor. El gobierno se
esforzó en desdramatizar la situación. «No hay
crisis de confianza, porque Cavalcanti es un aliado del gobierno»,
dijó el ministro de Coordinación Política, Aldo
Rebelo.
Ahora, el PT, con 91 diputados (sobre un total de 513) y 13 senadores
(de un total de 81) está obligado a componer alianzas para
manejar un Congreso dividido por intereses políticos. |