Este será el segundo año
consecutivo en la utilización de la tecnología; afirman
que los resultados preliminares son promisorios.
Bariloche>
El Centro Atómico Bariloche inició en 2005 el segundo
año consecutivo de experiencia de un método que apunta
a convertirse en un tratamiento para la cura del cáncer. A
través de la terapia por captura neutrónica del boro,
el denominado BNCT se aplicó en tres pacientes humanos en 2004
y el objetivo es experimentar hasta llegar a treinta personas hasta
fines de 2006.
En forma paralela, el Departamento de Radiobiología del Centro
Atómico avanzó en la experiencia de radiciones sobre
ratones, hamsters, gatos, con enfermedades cancerosas, y para este
año se anticipó que se harán radiaciones en perros.
Herman Blaumann, uno de los responsables del equipo interdisciplinario
que se dedica a las radiaciones y aplicaciones del BNCT, destacó
que hasta ahora los resultados han sido “promisorios”
en función de los estudios elaborados por médicos y
los informes sobre el seguimiento tanto de los pacientes como de los
animales con los que se ha experimentado.
El proyecto
El desarrollo del método de la captura neutrónica del
Boro para la cura del cáncer surgió como un proyecto
hace siete años y fue presentado para su puesta en práctica
en octubre de 2003. Se trata de un trabajo conjunto entre diversas
áreas del Centro Atómico Bariloche con la supervisión
y seguimiento del Centro Oncológico de Medicina Nuclear, en
el Instituto A H. Roffo, de Buenos Aires, en convenio entre la Universidad
de Buenos Aires y la CNEA.
El ingeniero nuclear Blaumann, del Departamento de Radiobiología,
explicó ayer que este estudio que “aún no puede
denominarse tratamiento porque está en etapa experimental,
pre-clínica”, está siendo aplicado para los casos
de melanomas en extremidades, brazos o piernas y anticipó que
en Buenos Aires, siempre dentro de la dependencia de Medicina Nuclear
de la CNEA, se proyectó iniciar experiencias tendientes a la
cura del cáncer de hígado.
La sala
Así, con aplicaciones de boro, que se hacen en una pequeña
sala construida al lado del Reactor Nuclear RA6, de donde salen las
radiaciones a través de una abertura, se tratan de curar las
lesiones de piel y el denominado cáncer indiferencial de tiroides.
En una primera etapa se investigó con ratones, luego con pequeños
hamsters, gatos y el próximo paso serán perros, antes
de realizar nuevas aplicaciones en humanos.
“En el caso de los ratones se les implantan tipos de cáncer
indiferenciado de tiroides y se ven cómo reaccionan a las radiaciones»,
indicó.
« A los hamsters se les aplica en el buche, que ellos mismos
desarrollan allí tumores, y eso representa un tipo de cáncer
facial en personas”, explicó el ingeniero nuclear.
Expectativa por los resultados
La selección
de los pacientes para las pruebas se realiza en Buenos Aires.
Bariloche > Como era previsible, las novedades
sobre el desarrollo de un método nuevo de cura del cáncer
de piel provocó una fuerte expectativa en pacientes de todo
el país que en forma constante llaman al Centro Atómico
para saber sobre esta experiencia.
«A cada persona que llama o que envía un mensaje electrónico
se le contesta y se le aclara que la selección de pacientes
se hace en Buenos Aires, a través de Instituto Roffo»,
explicó el ingeniero nuclear Herman Blaumann.
Explicó que en octubre de 2004 los avances sobre este método
que está en etapa experimental fueron expuestos en un importante
congreso internacional que se hizo en Boston, Estados Unidos. Fue
la primera vez que Argentina, luego de haber desarrollado el sistema
de captura del boro, contó cómo había sido la
aplicación de las radiaciones en seres humanos.
En el caso de los animales, se utilizaron en una primera etapa a ratones,
los que se exponen anestesiados en una madera y a los que se irradian
durante una hora, un tiempo más prolongado que a los humanos,
que reciben el «chorro» con el tratamiento de 30 a 40
minutos.
Los gatos y los futuros perros que se utilizarán para continuar
con la experiencia son aquellos animales que ya presentan lesiones
tumorosas en sus bocas o cabezas y que son recomendados también
por veterinarios. En todos los casos, personas y animales, provienen
de Buenos Aires.
Las aplicaciones de este método, el BNCT, son únicas
en el país y Latinoamérica, aunque hay experiencias,
con avances y retrocesos, en países como Estados Unidos, Japón,
Suecia, Italia y Holanda.
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