En el ataque se destruyó el
puesto de Infantería de Marina en el casco urbano de Iscuandé,
cerca de la frontera con Ecuador.
Bogotá
(AFP-NA) > Catorce militares murieron y 25 resultaron
heridos en un ataque de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC) en Iscuandé, a 700 kilómetros de Bogotá;
una población de la región cocalera del sur del país
donde rebeldes y paramilitares libran una guerra por el control territorial.
El ataque, que duró unas tres horas, fue perpetrado por miembros
del frente 29 de las FARC, que destruyeron por completo el puesto
de Infantería de Marina en el casco urbano de Iscuandé,
localidad del departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador.
«Tenemos 13 infantes de Marina y el comandante del puesto asesinados,
y 25 infantes heridos, algunos de ellos leves, que ya fueron evacuados.
Ellos defendieron la población, evitaron la toma de Iscuandé
y que atacaran la policía», afirmó el almirante
Mauricio Soto, comandante de la Armada Nacional.
Bombas
En la acción, uno de los más duros golpes propinados
a los militares por la guerrilla en los últimos meses, los
rebeldes usaron cilindros-bomba, morteros y granadas, según
informó ayer el secretario de gobierno de Nariño, Fabián
Trujillo.
«Los cuerpos están completamente incinerados»,
afirmó el policía Darwin López quien colaboró
con los infantes para repeler el ataque. «Hay gente atrapada
entre los escombros, unos están incinerados, otros hechos pedazos»,
agregó.
Refuerzos
Según Trujillo, encargado del orden público en Nariño,
la seguridad fue reforzada en la región y los heridos están
siendo atendidos en dos centros médicos de Nariño y
del vecino departamento de Cauca, con el que limita Iscuandé.
Tras el ataque la Fuerza Aérea y la Brigada Antinarcóticos,
apoyados por aviones de combate y helicópteros, iniciaron en
la región una intensa operación de persecución
de los insurgentes.
El pasado 18 de noviembre pasado siete civiles y cinco policías
resultaron heridos en un doble ataque de la guerrilla de las FARC,
también en el departamento de Nariño.
El gobierno atribuyó la conflictiva situación en Nariño
a la presencia de grandes extensiones de cultivos de coca, pese a
ser una de las zonas donde se lleva a cabo con mayor despliegue el
programa de fumigaciones aéreas, del Plan Colombia de lucha
antidrogas que financia Estados Unidos. |