Por Vicky Chávez (*)
Los recuerdos de un hombre que participó, al igual
que su padre, en los primeros años de formación de la
sociedad nativa de la capital.
Don Armando Vidal (h), a quien familiarmente lo llamaron “Toto”,
a través de una larga conversación nos hizo revivir
épocas de nuestra infancia, ya que era vecino de las calles
Rivadavia y Mendoza y del Club Pacífico.
El primer Armando
Nació en Moreno, provincia de Buenos Aires, el 19 de julio
de 1890. Era hijo de inmigrantes españoles de Pontevedra, quienes
tuvieron siete hijos. Asistió solamente a los primeros grados
de la escuela primaria y a los diez años se fue a trabajar
con unos vascos que tenían tambos y tropas de carros. “Andariego,
trabajador, recorrió muchos poblados y campos de la provincia
de Buenos Aires y Córdoba” nos recuerda su hijo Armando
(h), alias “Toto”.
Cuando se radicó en el sur de Córdoba, fue designado
comisario. Era muy amigo de Casimiro Gómez y sus hijos , que
eran dueños de una estancia muy importante llamada “La
Nacional”. Allí se casó con Luisa Molina en noviembre
de 1925 y en 1926 nació su primera hija, Elsa.
Por razones políticas dejó el cargo de comisario y fue
invitado por don Casimiro a Neuquén para hacerse cargo de sus
bienes en este territorio, ya que este señor era dueño
de la estancia “Las Perlas” y de grandes extensiones de
tierra. Gómez había formado con sus hijos la Sociedad
Anónima “Nueva España”, propietaria de la
mayoría de los terrenos de la ciudad de Neuquén, que
donó para edificios públicos, calles, plazas, avenidas.
Hacia la capital neuquina
El viaje fue realizado en auto: don Vidal, su esposa, su pequeña
hija y su cuñado don Molina (padre de don “Nené”
Molina empleado, a posteriori, de LU5 Radio Neuquén).
Don Armando y su familia se radicaron en el año 1928, en una
casa de la calle Rivadavia al 200, donde hoy está emplazado
el Automóvil Club Argentino. Allí nació “Toto”
en marzo de 1930.
Poco tiempo después y debido al elevado costo de los alquileres,
don Armando compró a la “Nueva España”,
un cuarto de manzana en la esquina de Córdoba y Rivadavia y
construyó una pequeña vivienda donde nació su
tercer hijo, Carlos Alfredo “Cacho”.
Este lugar estaba rodeado de médanos y arenales, y como era
la única casa, desde allí se divisaban el Cementerio
y la Cárcel.
“Nueva España”
Cuando don Armando llegó a esta ciudad, el representante de
la “Nueva España” era un señor llamado Rafael
Castilla a la vez director de la U-9. Muy pronto don Armando se hizo
cargo de la administración y representación de la sociedad
dedicada a la venta de terrenos en mensualidades que tenían
escaso valor, no había gran demanda. Era la zona cercana al
cementerio donde nadie quería irse a vivir. Uno de sus colaboradores
en la venta fue don Segundo Faustino Chávez.
“Toto” nos recuerda que los “terrenos se vendían
a diez años de plazo sin interés”. Se puede decir
que don Armando (padre) vendió todos los terrenos de la ciudad.
“Cuando en 1954 se jubiló, continuó su hijo “Cacho”
al frente de “Nueva España”, quien junto con Francisco
Seleme intervinieron en la última gran venta que se efectuó
en 1958 a la comuna, durante la intendencia de don Víctor García
y que incluyó todo el Barrio Santa Genoveva”, continuó
relatando “Toto”.
Asimismo, don Armando se dedicó a la fruticultura, formando
una chacra en el barrio Confluencia. También tuvo camiones,
una fonda, una carnicería y despensa, y un tambo cuyo encargado
era don Alberto Rivas, que le compró el establecimiento y comercializó
la leche por su cuenta. En 1950 construyó el chalet de la calle
Rivadavia N° 340|350, a la “vuelta” de nuestras casas
de la calle Mendoza. Allí falleció doña Luisa
Molina de Vidal, madre de Elsa, Toto y Cacho, en el año 2003,
después de haber cumplido 100 años.
Los trabajos de “Toto”
En octubre de 1956 llegó de regreso a Neuquén con su
título de abogado y a partir de allí ejerció
múltiples tareas relacionadas con la profesión y con
la actividad particular.
“En 1957 entré a trabajar al Poder Judicial y estuve
nueve meses como secretario. Luego por traslado del Dr. Giaccio Nóbrega
ocupé el cargo de Procurador Fiscal Federal, que ejercí
hasta 1963 –recuerda Armando “Toto” Vidal- como
fiscal en todos los fueros: el ordinario y el federal”, continuó
relatando.
Recordó también: «Era el representante del Tesoro
de la Nación porque teníamos doble función: en
el fuero jurisdiccional y en el nacional».
En las elecciones de 1962 integró la Junta Electoral. En 1967
lo nombraron Asesor Letrado de la Caja de Previsión Social
de la Provincia de Neuquén y junto con Cipriano Ambrosio fue
que surgió la idea de crear el Instituto de Servicios Sociales
(ISS) juntando la Caja de Previsión Social con la Obra Médico
Asistencial COMAP. “El ISS es la mejor obra social –enfatiza
Toto- y caja jubilatoria del país en la que trabajé
durante catorce años”.
En 1980, continuó relatando Toto, “comencé a militar
en el Grupo político “Convergencia” y publicábamos
solicitadas en contra del gobierno militar. Nos reuníamos clandestinamente
en Córdoba y Rivadavia con mi hermano Cacho, Celoria, Stacco,
Gonzalito, Popo Quesada, Natali, entre otros”.
En 1983 “Toto” fue candidato a Gobernador acompañado
por el Dr. Del Río y durante la presidencia de Raúl
Alfonsín estuvo dos años en la Capital Federal, desempeñándose
en la subsecretaría de Desarrollo Regional destinada a definir
políticas de crecimiento para las zonas periféricas
de la Pampa húmeda.
En el año 1992 el actual gobernador Jorge Sobisch lo convocó
para el Superior Tribunal de Justicia, donde trabajó nueve
años y medio y allí se jubiló.
Hoy don Armando Vidal (h) evoca con añoranzas pero con una
visión totalizadora, el crecimiento de nuestro querido Neuquén.
«Animales, caballos y vacas transitando por la calle Rivadavia
–concluye-, algo que hoy parece imposible».
(*)Miembro de la Junta de Estudios Históricos de Neuquén.
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