Con su voz característica, el
estadio se llenará de folklore con uno de los máximoa
exponentes nacionales. Neuquén >
Este sábado se presentará en el Estadio Ruca Che uno
de los principales referentes del folklore argentino. A partir de
las 22 horas, Oscar Esperanza Palavecino -más conocido como
«El Chaqueño»- promete música y poesía
para todos los amantes de la tradición.
A sus 45 años, y con una reconocida trayectoria en el ambiente
musical, el Chaqueño entregará su clásica mezcla
de cuecas, chacareras y zambas, que con el correr del tiempo lo ubicaron
como uno de los máximos referentes del folklore nacional.
La tierra, los campos y la selva, combinados con su particular forma
de vida en el norte, son los condimentos que nunca escapan en las
canciones del “maestro del folklore”.
Entregando sentimientos en cada estrofa, trasmitidas por una voz única
y “poco tradicional” para este género musical -según
sus propias declaraciones-, el cantor se adueñara de la velada
y repasará sus clásicos de siempre para el deleite del
público.
Desde Salta
Orgulloso de sus orígenes, el Chaqueño demuestra cada
vez que tiene una guitarra en las manos aquellas enseñanzas
de su Salta chaqueña natal, de sus amigos y compañeros
que siempre lo apoyaron para seguir adelante.
Aquel que fuera lustra botas, “changarin” o chofer de
transporte, que a base de sacrificio y talento es hoy, y desde hace
un tiempo, un impensado ausente de festivales de la categoría
de Cosquín o de la Serenata de Calafate.
Todos en el norte recuerdan con alegría aquella noche de 1998,
en la que el Chaqueño dio su gran paso y fue ovacionado por
una multitud que inmortalizó al ídolo durante su presentación
en Cosquín.
Su gente
La convocatoria del Chaqueño es tan amplia como fiel. Sus siete
producciones discográficas han sido fundamentales para que
en todos los rincones del país, aunque en mayor medida en el
norte, miles de seguidores lo acompañen en cada presentación.
Entre sus discos editados, “El alma de Felipito”, en 1995;
“20 éxitos del zorzal Chacosalteño”, 1996;
“Salteño viejo”, 1997; “Apenas cantor”,
1998; “Chaqueñadas”, 1999; “La ley y la trampa”,
2002 y “La pura verdad”, 2004 completan una espectacular
carrera que dio sus frutos con reconocimientos como el Carlos Gardel
al mejor artista de folklore en el año 2002, además
de varios discos de oro y platino para cada una de las producciones.
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