Como desde hace 59 años años,
el 17 de octubre es un día peronista. Pero no sólo para
quienes militan en sus filas es un día histórico.
Neuquén > “Muchas veces he asistido
a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción.
Pero desde hoy, sentiré un verdadero orgullo de ser argentino,
porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de
una conciencia de trabajadores, que es lo único que puede hacer
grande e inmortal a la Patria. Hace dos años pedí confianza.
Muchas veces me dijeron que ese pueblo en quien yo sacrificara mis
horas de día y de noche, habría de traicionarme. Que
sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña
a quien lo ayuda”.
Así se dirigía el entonces coronel Juan Domingo Perón
al pueblo reunido en la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945. Un
pueblo que había llegado de todos lados, que se movía
sin saberlo hacia lo que desde entonces sería el lugar de confluencia
de los odios y las alegrías argentinas. Que establecía,
desconociéndolo, un nuevo mapa político del que las
masas, por primera vez, formaban parte.
De aquel día quedó una foto que lo sintetiza: la de
los obreros llegados del sur, acallando los gritos de los pies cansados
en la fuente de una plaza que hasta entonces no les pertenecía.
La foto es todo un símbolo, igual que la fecha.
Lealtad
Para el Movimiento Peronista, que nunca dejó de ser un movimiento
y eso para cada uno significa cosas tan distintas como lo fue el partido
desde entonces, el 17 de octubre pasó a la historia como el
Día de la Lealtad, quizá nunca mejor expresada. La lealtad
de un pueblo hacia su líder, pero también la lealtad
de un pueblo consigo mismo y su compromiso.
Independientemente de las simpatías políticas que uno
arrastre consigo (porque la política a veces se carga como
un lastre), lo que sucedió ese día fue un poco más
que el nacimiento del partido político más convocante
de la historia argentina. Fue el comienzo de la clase media como la
conocemos hoy, más o menos empobrecida, pero con una idiosincracia
propia, que asocia el trabajo a la dignidad y la educación
al progreso.
Dicen los que estaban, que la ciudad estaba irreconocible ese día.
Que Buenos Aires había sido ocupada por los descamisados.
Eva
Algo más pasó hace 59 años, en esa fecha. Una
nueva figura política, quizá la más trascendente
y polémica, hizo su aparición en la escena pública.
Eva Duarte se convirtió en Evita y ya nunca dejó de
serlo.
Fue ella quien se entrevistó con los líderes sindicales
y con los obreros que apoyaron a Perón. Fue ella quien gestionó
la primera movilización obrera masiva de la historia argentina
con la que logró la liberación de quien fue, a la vez,
su par y su líder. Ese día, la fecha, el partido y “esa
mujer”, como la llamó Rodolfo Walsh en la historia que
narra el deambular sin rumbo de su cadáver, pasaron a la historia.
Discursos
Los trabajadores reunidos en la plaza sólo esperaban una cosa:
que Perón saliese al balcón. Cuando lo hizo, pronunció
su discurso. En él, anunció su renuncia al Ejército
y su lanzamiento a la acción política. Semanas mas tarde,
se casó con Eva y se dedicó a la creación del
Partido Laborista, agrupación que junto a la disidencia radical
apoyarían luego su candidatura presidencial.
Pero desde el balcón, una perspectiva que sólo él
pudo tener, Juan Domingo Perón recordó en sus memorias
lo que le dijo a su gente ese día: “Nunca olvidaré
aquél 17 de Octubre. Tras la ovación que siguió
a mis palabras, la gente repetía con insistencia: ¿Dónde
estuvo, donde estuvo? Y acostumbrado a dialogar con el pueblo respondí:
estuve en un lugar adonde volvería muchas veces con tal de
ayudarles a ustedes”.
Opinión
¿ Por qué recordar
el 17 de Octubre?
Por Susana Debattista (*)
Por décadas, los investigadores sociales hemos permanecido
cautivados por el “Fenómeno Peronista”; elaboramos
interrogantes y ensayamos explicaciones posibles pero el impacto de
lo vivido durante la década del cuarenta retorna cual espectro
una y otra vez.
Nuestro presente desaliñado, empobrecido y famélico
nos interpela ¿Es cierto que hubo tiempo en la Argentina donde
una multitud de personas pudo salir a la calle a defender a sus gobernantes?
Es que hubo un tiempo en el que los gobernantes hablaron el mismo
código de la gente corriente.
La Plaza de Mayo adquirió desde aquel entonces un extraordinario
valor simbólico como espacio de encuentro y ámbito de
participación político social. En aquel entonces, los
slogans callejeros no representaban pedidos desesperados de seguridad
y justicia, más bien, podía leerse: Perón Cumple.
Perón Cumple representó por décadas parte de
imaginario y de la memoria social de vastos sectores de la población
argentina. Y daba cuenta de una realidad social que hoy hemos perdido.
Otro tiempo
Hubo un tiempo donde existió en la Argentina una comunión
entre la palabra y la acción. Y seguramente también
podemos elaborar un inmenso listado con todos los desaciertos y los
errores de aquel primer gobierno peronista. Pero no puede negarse
con ello que hubo un tiempo en que pan, trabajo y dignidad social
fueron las palabras que entrelazadas con la acción permitieron
soñar en un futuro mejor a muchos de los hijos de esta tierra
¿Por qué, entonces, olvidar el 17 de Octubre?
(*) Profesora de Historia de la Universidad Nacional del
Comahue
Antecedentes: la semana previa
9 de octubre: Al amanecer de ese día, el
general Avalos recibe la intimación de la Escuela Superior
de Guerra para exigir al presidente de facto, el general Edelmiro
Farell, la separación del entonces coronel Juan Domingo Perón
de sus cargos de Vicepresidente, Ministro de Guerra y Secretario de
Trabajo y Previsión. Perón debe presentar su renuncia.
10 de octubre: Se nombra Ministro de Guerra al Gral.
Eduardo Avalos. Perón se despide por radio desde la Secretaría
de Trabajo y Previsión.
11 de octubre: Se convoca a elecciones para el 7
de abril de 1946. Perón decide aceptar la invitación
de instalarse por unos días en su estancia en San Nicolás
partiendo en auto con Evita. A último momento, cambia el destino
y decide ir a una isla en el Delta. Perón encarga que se informe
de su destino al Ministro de Guerra, para no rehuir responsabilidades.
12 de octubre: Se comunica que ha renunciado todo
el Gabinete. En la Plaza San Martín una multitud pide la entrega
del Gobierno a la Corte Suprema de Justicia.
13 de octubre: En la madrugada, Perón es
detenido. Posteriormente es trasladado a la isla Martín García.
3 14 de octubre: Juan Álvarez, el Procurador General de la
Nación realiza gestiones para tratar de formar un gabinete
de conciliación nacional.
15 de octubre: Se deroga el estatuto orgánico
de los partidos políticos. Rechazan un recurso de habeas corpus
interpuesto en favor de Perón es rechazado.
16 de octubre: En la mañana, la comisión
general de la CGT se reúne en la sede de los tranviarios y
tras un largo debate, se aprueba una huelga por 24 horas para el 18.
El capitán médico Miguel Ángel Mazza informa
al ministro de Guerra que el coronel Perón padece una antigua
afección pulmonar que se agrava por la humedad de la isla y
que requiere atención hospitalaria. Al anochecer, manifestantes
de Avellaneda intentan cruzar el puente que atraviesa el Riachuelo
hacia la Capital. Cerca de trescientos avanzan por Montes de Oca y
son disueltos por la policía. Siguen llegando desde otros barrios.
17 de octubre: Entrada la mañana, se suman
otros que llegan desde el sur del Gran Buenos Aires, Ensenada y Berisso.
El movimiento espontáneo se adelanta a la huelga. En Tucumán,
los trabajadores de los ingenios que estaban en huelga desde el día
anterior, marchan de Lules a Mercedes. Se les unen los ferroviarios.
En Córdoba, los grupos de trabajadores llegan desde Alta Córdoba,
de las canteras, hacia el centro.
Perón es traído de Martín García al Hospital
Militar Central de Buenos Aires en horas de la madrugada. Juan Álvarez
presenta la lista de candidatos para integrar el nuevo gabinete.
El Gobierno aprecia que no puede dispersar a la multitud que ocupa
la Plaza de Mayo, pues ya hay más de cien mil personas que
llegan en camiones. El pueblo pide la presencia de Perón.
El presidente Farrell se comunica con Perón y éste acepta
su invitación de concurrir a la Casa de Gobierno.
A las 23, Perón llega a la Casa de Gobierno y sale al balcón.
Desde entonces ocuparía un lugar destacado en la política
nacional.
Historia de vida
Neuquén
> Marcelo H. A. Pessino es neuquino y ese 17 de octubre
de 1945 estaba en Buenos Aires de casualidad. “Me fui a operar
de una hernia. Tenía veinticinco años, estaba en mi
apogeo, y fui de lejitos a mirar como se desarrollaban los actos”,
cuenta. Por aquel entonces Pessino era telegrafista en el correo y
salía “con los brazos que no daban más”.
El telégrafo era casi el único medio de comunicación
que existía y el trabajo era pesado. “La clase trabajadora
estaba olvidada, explotada, el único que le puso coto a eso
fue (Juan Domingo) Perón”, afirma.
Pessino es la historia viviente y lleva la política desde su
nombre hasta su sangre. Y no es una metáfora.
Hijo de un padre socialista amigo de Alfredo Palacios y Nicolás
Repetto, nació el 28 de junio de 1920 y fue el séptimo
hijo varón de la familia. De acuerdo con esto, y según
la tradición, debía ser ahijado del presidente: Hipólito
Irigoyen, el más radical de los radicales. El padrinazgo nunca
se concretó pero sus padres se habían anticipado. Las
iniciales H. A. con las que firma detrás de Marcelo, corresponden
a Hipólito Argentino, su segundo y tercer nombre respectivamente.
Sin embargo, es militante peronista desde la primera hora. Desde que
presenció aquel acto espontáneo y multitudinario que
lo dejó atónito.
Estaba solo en Buenos Aires, porque la hermana que había viajado
para cuidarlo en su reposo ya se había vuelto a Neuquén.
Paraba en un hotel del centro que le pagaba el correo y salió
por el griterío.
“Era un cuadro emocionante. Nunca vi tanta gente. Muchos estaban
descalzos y se lavaban los pies en la fuente –relata-.
No lo dejaban hablar a Farell. ‘¡Queremos a Perón,
queremos a Perón!’, gritaban y no le daban bolilla. Hasta
que salió al balcón. Y ahí empezó su lucha”.
Los actos de los presidentes
Los actos del 17 de Carlos Menem solían ser grandilocuentes
pero clásicos: siempre recurrió a los símbolos
peronistas y a los mensajes políticos. «Algún
diccionario define la lealtad como lo contrario de la hipocresía
y la falsesas. ¿Y cuántos hipócritas y falsos
crecieron a la sombra del movimiento justicialista?», preguntó
en el acto de 1997.
El único 17 de octubre que tuvo a Eduardo Duhalde como presidente,
encontró un justicialismo tan dividido que mereció cinco
actos: el suyo en Buenos Aires, el de Carlos Menem en La Rioja, el
de Adolfo Rodríguez Saá en Jujuy, el de José
Manuel de la Sota en Chaco y el de Néstor Kirchner en Rosario.
Bastante lejos del protocolo justicialista, Néstor Kirchner
no asistió a los actos oficiales del Día de la Lealtad
desde que es presidente. También es difícil verlo posar
junto a los íconos peronistas y más raro oirlo citar
a Perón en sus discursos.
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