«La gente ya se apropió
del lugar», dijo Miguel Macedo, uno de los arquitectos que diseñó
la obra.
Neuquén > La inauguración
de la nueva Plaza de las Banderas con el flamante Mástil del
Centenario, se transformó en uno de los hechos de mayor emotividad
durante los festejos por los 100 años de la ciudad.
El lugar está llamado a consolidarse como un espacio público
por excelencia en el punto más alto de la capital, con una
obra que apunta a rescatar y revalorizar los símbolos neuquinos,
apareciendo la gigantesca bandera como un símbolo más
abarcador.
El diseño estuvo a cargo del estudio de arquitectura Ferri,
Macedo & asociados, que cuenta con un equipo técnico de
diez profesionales. De la construcción se encargó Maiolo
Construcciones & Servicios.
El jefe del proyecto fue el arquitecto Juan Pablo Rodríguez.
“Es un lugar institucional y esta semana ha quedado demostrado
que los vecinos se apropiaron del espacio”, dijo Miguel Macedo,
uno de los responsables del estudio que llevó adelante el diseño
de la obra, convocados por la empresa Repsol-YPF.
Remarcó que la nueva plaza, con la fuente y el emblemático
mástil “tiene una fuerte carga simbólica a partir
de la representación de los ríos Neuquén y Limay,
el puente, las arcaucarias y la tierra del Lanín”.
Macedo reconoció que “cuando empezamos con las remodelaciones,
se escucharon algunas críticas pero a medida que avanzamos
las opiniones fueron cambiando y la gente ya se ha apropiado del lugar”.
Símbolos
En la obra se rescata la confluencia de los ríos Limay y Neuquén,
que se unen en el fondo de la fuente para conformar el río
Negro. El puente simboliza la unión de las dos provincias y
las cascadas, el frente de las bardas.
También se incluyó un canal rampante que acompaña
el desnivel del terreno, vierte el agua sobre el talud y cae a la
fuente. En este caso, la simbología alude a la producción.
El objetivo de rescatar las imágenes propias de los neuquinos,
también se evidencia en la plantación de dos araucarias
y en la tierra del Lanín que, contenida en un cilindro, fue
depositada en una cámara debajo de una placa de mármol.
En cuanto a los mástiles, en el mayor, de 45 metros, flamea
una gigantesca bandera nacional de 15 metros por 9.
Los otros dos, de menor tamaño, se destinarán al izamiento
de la bandera de la provincia de Neuquén y otro protocolar
para los visitantes oficiales.
Macedo explicó que durante los últimos días se
le están dando los toques finales a la obra, entre los que
se cuenta la construcción de una nueva rampa para que las personas
con discapacidad puedan acceder al puente peatonal.
“Desde el día de la inauguración, la gente ha
respondido de muy buena manera y creemos que el lugar se consolidará
definitivamente con un punto de encuentro obligado para los neuquinos”,
dijo el arquitecto.
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