Informe especial

El delito en la ciudad

 
 
En la actualidad, la mayoría de los negocios toman recaudos frente a los robos. Las rejas inundan las fachadas de los comercios.
Las estadísticas policiales muestran una leve baja en los índices de delincuencia. Las denuncias reflejan tendencias según el barrio.

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Por Mauro Villanueva

El pico más alto de robos se registró durante el verano. Autos y comercios, los más afectados.

Neuquén > La realidad delictiva de esta ciudad se presenta con características particulares. Por un lado, se notan subas y bajas de los índices de delitos según los meses y los sectores donde se realizan las denuncias. Por otro lado, un fuerte descreimiento en el accionar judicial y policial, generando un aumento del termómetro social sobre la inseguridad, que no siempre es proporcional a las estadísticas brindadas por la Policía de la provincia de Neuquén.
La inseguridad, tomada como consecuencia de una larga crisis socioeconómica a nivel nacional, es un mal que padecen todos en la actualidad. Abarca a aquellos que lo poseen todo, como quienes no tienen tanto, y asusta a los ciudadanos que, ante la pasividad o la falta de posibilidades de las autoridades, optan por tomar medidas individuales con los riesgos de terminar en tragedia.
Por eso, comparando los datos estadísticos, se puede inferir en algunas apreciaciones que evidencia la naturaleza de la delincuencia en las calles.

Radiografía delictiva
Entre los tipos de delitos que se reconocen y que se cometen en la ciudad, se pueden determinar algunas realidades de esta problemática. Si se toma el ejido urbano de Neuquén y se lo divide en grandes zonas, en las que puede estar incluido más de un barrio, se puede identificar ciertas tendencias hacia un tipo de delito en un sector específico que no se da con tanta frecuencia en otro.
Por ejemplo, los delitos contra la propiedad se producen con mayor frecuencia en la zona centro y bajo de la ciudad, que llega hasta el denominado barrio Jardines del Rey. Esta zona de la ciudad, que originalmente fue una zona de chacras, se ha convertido en uno de los barrios residenciales más importantes de la ciudad. El estilo de edificación está marcado por casas de grandes superficies, de las más lujosas de Neuquén.
Mientras que los delitos contra las personas resaltan en el barrio Parque Industrial y algunos especialistas consultados coinciden, que favorece esta situación el diseño urbanístico, de calles cortas y cerradas, poca iluminación en algunos casos y el mote de uno de los barrios peligrosos de la ciudad. Sus habitantes reniegan de esta condición y buscan encauzar las horas de ocio de los jóvenes, que son casi mayoría en el sector.
Por su parte, aquellos delitos que se denominan contra la honestidad, son más denunciados en la zona Oeste. Recordemos que este sector es el que tiene la mayor población de la ciudad. Tan sólo en el barrio San Lorenzo viven unas 50.000 personas y es considerado, desde hace muchos años, uno de los sectores más críticos en materia de seguridad.
Por último, los delitos contra la libertad se repiten en la zona Oeste, pero sumando a los barrios Melipal, Progreso y Valentina Sur Urbana. En este caso, los barrios en cuestión tienen la misma particularidad que el resto de la zona, una de las más nuevas y apartada de la ciudad.

Opinión
«Un lugar tranquilo»

Por Comisario Inspector Juan Carlos Lepen (*)

Neuquén > Comparado con otras ciudades, Neuquén es un lugar tranquilo. Hoy se puede salir a caminar de noche, aunque, como cualquier lugar del mundo, y por el sólo hecho de vivir en sociedad, estamos frente a constantes riegos y hay que tomar determinadas precauciones. Pero repito, no hay mayores problemas.
En cuanto a la peligrosidad de la ciudad, si tomamos en cuenta la cantidad de población y la cantidad de policías, yo diría que es medianamente segura. Si pensamos en la cantidad de delitos que se cometen, creo que está dentro de los parámetros normales para una ciudad que está en constante crecimiento.
Por otro lado, hay que destacar que no se han producido hechos de connotaciones graves, como los secuestros, que están tan de moda a nivel nacional. El año pasado hubo un sólo caso y el autor está preso. En este semestre no hubo ninguna denuncia de este tipo.

Sensaciones
La sensación de inseguridad, se puede entender como parte del fenómeno que sucede a nivel nacional y que nos llega todos los días a través de los medios de comunicación. Con este contexto, y sumando los hechos menores que se producen en la región, se genera esta impresión de falta de seguridad.
En cuanto a las no denuncias por temor a represalias, no creo que sea justamente miedo. En lo que a mi respecta, no hay ninguna denuncia de “aprietes” de delincuentes que han salido en libertad. Quizás es una cuestión de sensaciones o, tal vez, que las cosas que son objeto de robo sean de poco valor y la gente directamente no tramita la denuncia.
Tratándose de delitos contra la propiedad, se mantiene la metodología con armas en los barrios, aunque muchas veces es una sola banda la que comete varios atracos. En este sentido, las zonas más complicadas son las que corresponden a las comisarías 3 y 16 (barrios Progreso y San Lorenzo).
Por otra parte, cabe destacar que el índice de homicidios ha bajado notoriamente, en tanto que el robo de autos disminuyó un 50%. Por lo general, el hurto, el robo de vehículos se da más en la zona centro del ejido. Sin ninguna duda es por la concentración de público en este sector.

(*) Director de la Brigada de Investigación de Delitos Graves de la Policía de la Provincia de Neuquén.

Ecos de un problema nacional

La sensación de miedo en la región y las denuncias que no se tramitan ante la Policía muestran una realidad social que se figura menos segura.

Los vecinos de Neuquén confiesan sentirse inseguros. Los constantes delitos que se cometen provocan descreimiento en la fuerza policial.

Neuquén > Desde hace un tiempo, la inseguridad que acecha al país se enmarcó como la principal preocupación entre los ciudadanos. El miedo, en sus diferentes variantes, ganó protagonismo y se adueñó de las calles. La delincuencia, que para muchos es la consecuencia de esta particular situación del país, es el elemento clave a la hora de tratar de entender este complejo fenómeno.
Si bien las estadísticas policiales indican que el índice de delitos viene en baja desde hace unos años en la capital neuquina, la sensación de inseguridad sigue en pie de guerra y muchos aseguran que cada vez hay más robos en los distintos puntos de la ciudad.
Por otro lado, persiste un fuerte descreimiento por parte de la población hacia las instituciones tradicionales, como Policía y Justicia, factor que en algunos sectores acentúa la no denuncia de los delitos y así se admite públicamente.

Un miedo común
En la ciudad de Neuquén, una de las principales y repetidas confesiones de los vecinos visitados –de las cuatro zonas de la capital y en entre ellas, de distintos barrios- resultó la “decisión” de no asentar denuncias tras participar como víctima de algún delito.
“Cuando te roban, y hacés la denuncia, corrés el riesgo de que el delincuente salga a las dos horas y tome represalias contra vos o tu familia”, explicó Carlos, un vecino del barrio Valentina Sur Urbana, que coincide con otros testimonios recogidos en los barrios San Lorenzo, Progreso y Villa María.
La no tramitación de las denuncias por temor a represalias, se explica, en algunos casos, porque quienes cometen los delitos son delincuentes conocidos del barrio. “Los ladrones se manejan en grupos grandes y están armados. Si los delatás, son capaces de matarte como venganza”, sostiene Rubén, comerciante del barrio el Progreso.
Otra de las críticas frente a esta problemática, se registró entre los vecinos del barrio Progreso. “Es una falla del sistema judicial. Los delitos menores son poco castigados y cuando los delincuentes quedan libres, aprietan a los vecinos, que están desprotegidos por la falta de vigilancia de los policías”, explica indignado Héctor, un vecino que ya repuso por tercera vez los televisores en su casa.
Del mismo modo, muchos habitantes de ese barrio sostienen que se ha perdido, poco a poco, el contacto entre los oficiales de la fuerza y la gente. “Antes, los policías caminaban las zonas críticas en pareja, estaban en contacto con los problemas. En cambio, ahora sólo pasan cada dos horas en el patrullero”, concluyen.

Alternativas caseras

Las uniones entre vecinos crecen día a día. Las caras «raras» o desconocidas son anunciadas por teléfono a la Policía.

Neuquén > Los habitantes del barrio Santa Genoveva, cansados de los delitos que allí se cometían, optaron por idear un sistema de seguridad barrial, simple pero efectivo. Todos los vecinos pertenecientes a la misma cuadra registran los teléfonos de sus colindantes e informan cuando alguno sale de su casa. De esta forma, quienes están en sus hogares “vigilan” las casas restantes, alertando a la policía ante cualquier movimiento extraño. “De esta forma nos quedamos todos tranquilos, y nadie corre riesgos”, explica Susana, una vecina que incursionó con esta metodología hace unos meses.
Similar situación se registra en otros barrios de la ciudad, incluso, en el área centro oeste. En algunos casos, las comisiones vecinales armaron una suerte de manual para el vecino, de manera de unificar códigos para una convivencia segura. Así, se estipulan horarios para sacar la basura por cuadra, conocer quién vive enfrente y al costado, conocer los horarios de los vecinos inmediatos, contar con sus teléfonos, saber cuando alguno en la cuadra se ausentará por varios días, tener a mano los números de urgencia, etc. Este esquema se suele reforzar –y se aplica en varios barrios- con una organización mínima, de manera de no entorpecer el auxilio en caso de necesitarlo: por ejemplo, no llamar todos a la vez a la Policía.

«El susto de mi vida»

Por Andrea, 19 años (*)

En algunos sectores de la ciudad, andar de noche se torna peligroso. Muchos vecinos no se atreven a visitar otros barrios cuando está oscuro.

Neuquén > Estaba en una parada de colectivos del barrio San Lorenzo. Era de noche, cerca de las 22.30. En el lugar, parada detrás de mí, estaba una pareja que también esperaba el colectivo.
Debo confesar que algo de miedo me daba la situación. La calle estaba desierta y las luces eran escasas.
La espera, ya promediaba los veinte minutos cuando apareció un colectivo, pero no era el que me llevaría hasta mi casa del barrio Progreso. La pareja que estaba junto a mí, tomó el colectivo. Me quedé sola.
La espera, ahora en soledad, se me hizo interminable. Sin imaginar lo que minutos después sucedería.
En medio de toda lo oscuridad de la noche, pude descifrar la figura de dos personas que, a varios metros de distancia, se dirigían hacia mí.
Rápidamente, mire a mí alrededor en busca de compañía o de algún policía. Fue en vano, la calle continuaba desierta y las personas ya caminaban a metros de mí.
Cuando estaban cerca, me di cuenta de que se trataba de dos muchachos jóvenes, de los tantos que andan por ahí. Pensé que sólo esperarían el colectivo. Pero no fue así.
Uno de ellos se abalanzó hacia mí y me sujetó por las manos. Quedé inmóvil. El otro, arrancó mi cartera y la revisó. Sacaron plata, cigarrillos y un celular. Pero no terminó ahí. Los sujetos me llevaron a la rastra a un descampado muy oscuro. Pensé que me iban a violar.
Por suerte, sólo me amenazaron con que no informara a la Policía y no intente “nada raro”. Yo seguía inmóvil.
En menos de cinco segundos, los delincuentes desaparecieron. Yo, quieta, miraba para todos lados en busca de ayuda, pero estaba sola.
Pasaron unos minutos y me dirigí nuevamente hacia la parada de colectivos, indignada y muerta de miedo. Llegó el colectivo, me subí, no le conté a nadie. Sólo pensaba y agradecía que no resulté lastimada. Afortunadamente, hoy puedo contar lo que me ocurrió, hay gente que no tiene la misma suerte.

(*) Estudiante. Asaltada mientras esperaba el colectivo en junio de 2004.

Calles peligrosas

Neuquén > Lejos ha quedado la romántica costumbre del paseo de la mano con la pareja por las noches. En la actualidad, hay determinados sectores de la ciudad considerados peligrosos para transitar. Por ejemplo, los barrios Progreso y San Lorenzo, como así también en la zona del bajo neuquino. En estos sectores es donde se advierten los mayores riesgos, según el comentario de los vecinos y de la policía.
Sin embargo, y como novedad, gran parte de los delitos que se vienen sucediendo en la ciudad han dejado de lado la estadística nocturna. Hoy en día, es común escuchar que asaltaron un comercio o a una persona en plena luz del día y en lugares muy transitados. “Los delincuentes te sorprenden con los horarios y con sus nuevas metodologías. Hace unos meses desvalijaron una casa del barrio a las tres de la tarde”, comentó Alicia, vecina de Jardines del Rey.
La gran cantidad de comercios que residen en la zona del bajo es uno de los factores por los cuales las autoridades grafican el elevado índice de robos en ese sector del ejido urbano. “En los barrios más alejados, hay menos comercios. Por eso los robos se dan en el centro. Lo mismo pasa con los autos”, expresó un comerciante de la calle Mitre.
Frente a tal situación, a mediados del pasado mes de marzo la provincia instaló un nuevo plan de seguridad: “Neuquén te cuida”, con el que se reforzó la presencia de oficiales de la fuerza en las calles céntricas de la ciudad, sin desatender a los barrios. Desde entonces, y según resultados estadísticos brindados por la misma policía, el índice de delitos cometidos en el mencionado sector ha bajado considerablemente.

 

 


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