| Entre los uniformados lesionados, tres
recibieron con cortes de botella. Además, dos civiles resultaron
con heridas leves. Todo finalizó cerca de las 3 de la madrugada.
Centenario > Piedras, móviles
rotos, fuego cruzado, gases lacrimógenos y heridos. Esa es
la secuencia habitual en otra noche de furia vivida por los vecinos
del barrio Los Pioneros ayer por la madrugada.
Lo que comenzó en principio con un acostumbrado robo en una
vivienda del lugar, terminó en pocas horas, con un escuadrón
de la Metropolitana intentando descomprimir un conflicto que se estaba
“yendo de las manos”.
El hecho ocurrió el domingo cerca de las 22, con un llamado
telefónico alertando sobre un robo en una vivienda y un vehículo
en una de las calles aledañas entre la peatonal 8 y 9 de esa
barriada. Sin embargo a las pocas horas, el barrio se convirtió
en un verdadero campo de batalla.
No se conocieron las detenciones de los delincuentes, ya que la mayoría
que participa de los actos delictivos son menores de edad, y la Policía
“no puede actuar”, según se indicó. Se estaría
sin embargo, iniciando una causa por lesiones a los uniformados.
Las escaramuzas y los enfrentamientos, dejaron saldo de 6 uniformados
heridos con traumatismos importantes, dos de ellos con cortes de botella
en el cuerpo. Además se informó de fuentes policiales
que hubo una mujer (familiar de uno de los uniformados) que padeció
los ataques de los delincuentes con importantes golpes.
“Intifada”
No es la primera vez que Los Pioneros, asediada por menores que delinquen,
se convierte en una zona al estilo de la “intifada” tal
cual ocurre en la Franja de Gaza. “Nos quedamos sin municiones,
tuvimos que ir a buscar más en el medio del enfrentamiento”,
dijo una fuente policial, al referirse por los cartuchos de balas
de goma. “Este problema nos tiene a mal traer, ya no sabemos
qué hacer”, señaló la fuente por los habituales
enfrentamientos. La Policía descartó que los delincuentes
hayan utilizado balas de plomo durante los enfrentamientos, sin embargo,
la mayoría de los vecinos reconoció el silbido de las
balas, cerca de sus viviendas.
Ellos fueron quienes se llevaron la peor parte del conflicto, ya que
quedaron hasta las 4 de la madrugada, escuchando las detonaciones
y escaramuzas en toda la zona.
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