La agente del FBI Illeana Scott no confía
en los métodos tradicionales para resolver crímenes, ni
en las técnicas para develar los misterios de una mente asesina.
Unos detectives de Montreal piden ayuda externa para poder entender
la mente de un astuto asesino en serie, no con demasiado entusiasmo.
Entonces es que la agente Scott se une al caso. Con mucha perspicacia,
ella llega a la teoría de que el asesino-tipo-camaleón
“copia” las vidas de sus víctimas, y luego les roba
su identidad.
Cuando aumenta la presión para agarrar al asesino, los métodos
poco ortodoxos de Scott, hacen que los policías canadienses se
sientan amenazados por sus extrañas habilidades, y le hagan el
vacío. La aparente fría manera de ser de Scott, se contrapone
a la pasión sin paralelos que ella tiene por su trabajo, pero
ella no se preocupa demasiado por este aislamiento en que la ponen,
ya que ella trabaja muy bien sola. Pero inesperadamente las cosas se
complican: Ileana siente una inesperada atracción romántica,
que hace que la consumada especialista comience a dudar de sus finos
instintos.