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Enterados de las presuntas irregularidades
en la venta de tierras al director periodístico rionegrino, todos
coincidieron en que hay «injusticia».
Neuquén > La polémica por la presentación
judicial en Viedma de la presunta venta irregular de tierras y la
velocidad en la adjudicación de las mismas al empresario periodístico
de General Roca, Julio Raúl Rajneri, por parte de la Dirección
de Tierras de Río Negro, continúa en aumento.
En la ciudad de Catriel, un grupo de vecinos afectados por la inacción
por parte de la Dirección de Tierras, al tomar conocimiento
por La Mañana de Neuquén, demostraron su angustia e
indignación ante lo que consideran «una injusticia».
Trámite eterno
En Catriel existen casos emblemáticos que ejemplifican de qué
manera los expedientes de adjudicación de tierras fiscales
sufrieron considerables demoras, como no sería el caso del
expediente 4323/97 de Julio Rajneri, que habría tenido un dictamen
favorable en menos de dos años.
Emilia Gironzi es una de las crianceras que con mayor indignación
se expresó: «Llevamos tantos años peleando por
esto. Cuando estuvo Verani en Catriel, quedó en que se iba
a solucionar el problema y que nos iban a dar la titularidad de las
tierras, pero nunca más».
Su expediente data del 23 de marzo de 1987, cuando el director del
organismo rionegrino encargado de esa resolución era el ingeniero
Carlos Luis Moyano.
Desde esa fecha, Gironzi inició un largo peregrinar por distintas
oficinas de la capital rionegrina con la esperanza de alcanzar el
ansiado título que la acreditara como propietaria de las 2500
hectáreas en -como reza la disposición 171 de marzo
de 1987- Colonia Pastoril Catriel.
«El gobierno está haciendo excepciones con gente que
ni siquiera es criancera, como es el caso del señor Rajneri,
que no tiene derecho sobre la tierra por lo que es. En cambio, nosotros
queremos la tierra para el ganado, para la producción»,
expresó con cierto tono de bronca e impotencia.
Otro punto que le causó estupor a Emilia fue la declaración
jurada, y considera al hecho «como algo inexplicable. Porque
nosotros en nuestra declaración tuvimos que poner absolutamente
todo. Que somos una familia, que tenemos animales, que tenemos un
campo, que tenemos casa en el campo y, además, los inspectores
de Tierras se encargaron de venir a inspeccionarme hasta tres veces.
Todo para comprobar si era cierto lo que yo había puesto en
mi declaración jurada. Si era algo falso, me quitaban la tierra,
pero pareciera que no es lo mismo con todos».
El expediente de Emilia ya lleva 17 años; lo que más
ansía es que le otorguen su título de propiedad y lo
define con una frase sincera: «Estamos esperando que el gobierno
nos entregue los títulos lo antes posible. Sobre todo, al precio
que estaba en realidad. Porque si nos van a cobrar un disparate a
nosotros, que somos pequeños crianceros, nos perjudican, mientras
ahora vemos que les regalan la tierra a los que tienen plata».
Casi tres décadas
Otro caso incomprensible es el de Agustín Ñanculeo.
Su expediente se inició inclusive antes de la llegada de la
democracia, en 1977.
Don Agustín no pudo terminar el trámite y hoy, 27 años
después, quien espera el título que lo acredite como
propietario es su hijo Carlos Ñanculeo.
Carlos aclara: «Hace ocho años que la mensura está
aprobada, pero no tengo respuesta a la hora de hablar del título».
«Lo que yo no entiendo es por qué para uno la tierra
sí tiene valor y para otros como nosotros, no», reflexiona
con amargura Ñanculeo, quien se dedica a la cría de
animales en su campo.
También agrega que: «Nunca pusieron el precio a las tierras.
Porque si ponen el precio, de alguna forma las vamos a pagar»,
y afirma con firmeza: «Yo quiero el título».
Finalmente, Ñanculeo destaca: «Estuve con el director
de Tierras, Daniel Tait, pero tampoco me dio una respuesta favorable».
Varios casos
En Catriel, son innumerables las familias que están viviendo
el mismo problema, que le otorguen el título de propiedad definitivo.
Por ello, al conocer el caso de la presunta venta irregular de tierras
fiscales a Julio Rajneri, aquellos que «sueñan»
con ser propietarios no salen de su estupor y tienen pensado organizarse
para elevar un reclamo en conjunto.
La lista no acaba en los dos casos mencionados, también se
destacan los Avendaño, los García, Morales, Rodríguez,
Alan, Navarro, González, Garavaglia y Speciale, cuyo expediente
data de 1963 y, a cuatro décadas de iniciado, siguen con la
-podría decirse- «eterna espera».
Estas familias y muchas más son algunas de las que sienten
«bronca y quieren justicia», como expresaron a La Mañana
de Neuquén.
Porque, como lo definió otro de los damnificados, Roberto Molina,
«les estamos pidiendo nada más que el valor de la tierra,
no queremos que nos regalen nada».
Ésta es otra de las consecuencias que despertó en la
población rionegrina lo que habría sido la venta, adjudicación
y otorgamiento de títulos de tierras fiscales con presuntas
irregularidades y, en tiempo récord, a Julio Raúl Rajneri,
empresario roquense.
Nacer, crecer y morir sin título
La familia
Rodríguez lleva más de 100 años instalada en
Catriel y todavía no logró conseguir el título
que los identifique como propietarios.
Neuquén > De todos los casos que existen
en Catriel, tal vez el más incomprensible sea el que vive la
familia Rodríguez.
Hoy, Juan explica: «Mi familia pasó más de 100
años esperando por los títulos de propiedad. Mi abuela
vino a fines de 1800. Mi padre nació en el campo y murió
a los 83 años. Yo también nací en el campo en
1945 y ya pasaron tres generaciones y todavía estamos esperando
por un título».
Uno de los descendientes de aquellos Rodríguez, que se instalaron
en Catriel hace más de un siglo, no pierde las esperanzas de
lograr que la tierra en que se asentaron sus antepasados, donde nació
y murió su padre, sea suya y cada tanto insiste en el reclamo
al gobierno de Río Negro.
«La última vez que hice el pedido para la escritura fue
hace un mes, con el actual director de Tierras, Daniel Tait, pero
no pasó nada», y agrega que: «Me cansé de
hacer viajes a Viedma, ya ni me acuerdo cuántos fueron, pero
nunca logré nada».
Con esta resignación,
Rodríguez concluye que, tal vez, para conseguir lo que «por
años y trabajo considero como propio, haya que ser un hombre
poderoso».
Esto último lo afirmó en clara alusión al caso
del director periodístico roquense, Julio Raúl Rajneri. |
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