El equipo de Magnano volvió
a mostrar a un Scola -25 puntos y 7 rebotes- en un altísimo nivel.
Atenas > El seleccionado argentino
de básquetbol alcanzó el primer objetivo de meterse
en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos, tras ganarle
ayer, con dificultad, a Nueva Zelanda por 98 a 94, en encuentro de
la 4ta. fecha del grupo A, jugado en el Indoor Arena del Complejo
Helelniko.
El equipo argentino logró con mucho esfuerzo, con una gran
actitud y un buen cierre, quedarse con un triunfo que lo coloca entre
los ocho mejores del torneo, aunque la hora de la verdad será
el próximo jueves, cuando llegue el decisivo enfrentamiento
de cuartos de final.
La de ayer fue una victoria trabajosa, lograda con un gran temperamento,
fervor, actitud y sobre todo el aporte de figuras, como Luis Scola
(25 puntos y 7 rebotes), Fabricio Oberto (14 y 5), Juan Ignacio Sánchez
(8 y 4 asistencias) y Gabriel Fernández (11).
Difícil
Los de Nueva Zelanda fueron duros rivales, y con su alta efectividad
en triples (47 por ciento, 14 de 30), entre los que sobresalió
Pero Cameron, con 6 aciertos de más allá de los 6,25
metros, estuvieron siempre en partido y muy cerca de dar el golpe.
El comienzo del encuentro fue favorable a la Argentina, que con dos
triples del Chapu Andrés Nocioni, ante un rival que tenía
como única opción los tiros de tres puntos.
Y precisamente, fue por esa vía que los oceánicos con
cinco triples (dos de Kirk Penny, dos de Pero Cameron y uno de Phillip
Jones), emparejaron en 16 y se fueron adelante 25-20, diferencia que
achicó Pepe Sánchez con un triple, para quedar abajo
apenas por dos (25-23).
En el segundo cuarto, el equipo argentino con las entradas de Walter
Herrmann por un errático Carlos Delfino y de Gabriel Fernández
mejoró su rendimiento y el partido se torno sumamente parejo,
aunque el equipo nacional daba la sensación de ser superior.
En el tercer segmento, Argentina con buen pasaje de Manu Ginóbili
(9) y de Oberto, quien a pesar de sumar su carta falta personal siguió
en la cancha, una buena defensa y el desequilibrio debajo de los cestos
del cordobés (6) y de Scola (6) para sacar la máxima
diferencia (76-66), a un minuto del epílogo.
Todo estaba abierto para los últimos diez minutos y allí,
con gran carácter, decisión, un Scola muy rendidor y
la sapiencia de Juan Sánchez, la Argentina pudo sacar una pequeña
luz de ventaja y llevarse un partido fundamental.
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