Por Sebastián Fest
Vivirán los Juegos de una manera especial; uno de ellos quiere
ayudar al «Loco» Bielsa.
Ateneas (dpa) > El fútbol, el
atletismo, una nueva vida. Los tres nacieron en Argentina, pero por
razones muy diferentes cada uno terminó en Grecia, país
al que sienten hoy como propio y en el que preparan su particular
sueño olímpico.
Son Juan Ramón Rocha, ex futbolista, Alexandros Terzian, atleta,
y Elías Milonás, dueño de un restorán
argentino de fama en Grecia.
«Hace 24 años que estoy aquí», recuerda
a dpa casi asombrado Rocha, que tras brillar a fines de los ’70
en el Panathinaikos se quedó definitivamente en Grecia, donde
es hoy uno de los personajes más respetados del deporte.
«Soy griego, sí. Tengo 22 años de historia en
la Argentina, pero la oportunidad de ser lo que quiero ser me la dieron
acá», dice Terzian, un «superviviente» del
atletismo que tendrá en los Juegos su despedida deportiva.
«Los griegos son buena gente, muy atenta, aunque a veces un
poco reacios a tratar con el extranjero», asegura Milonás
desde la puerta de su «Taberna Argentina», uno de los
restaurantes más concurridos de Maratón, a unos 40 kilómetros
de Atenas.
Puesta a punto
Atenas pone a punto los últimos detalles para los Juegos Olímpicos
que albergará del 13 al 29 de agosto, y tanto Rocha como Terzian
y Milonás vivirán días especiales.
Rocha dirige el «Rotsa Football Club» -así se escribe
su nombre en griego-, un complejo de diez hectáreas camino
al aeropuerto de Atenas en el que enseña a 300 niños
el deporte que lo llevó a jugar 12 partidos con la selección
argentina.
«Empezamos en la tercera división de aficionados de Atenas,
y queremos llegar a primera», dice Rocha del «Rotsa»,
en el que juega como delantero su hijo Juan Alberto, de 27 años.
Se postuló como voluntario para los Juegos y escribió
a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) proponiéndose
como ayudante de la selección en Grecia. Sigue, además,
sin poder olvidar su Corrientes natal: conduce por el enloquecido
tráfico ateniense escuchando chamamé en su auto.
Correntino de ley
«Mi mujer y mis hijos me quieren matar -sonríe-, pero
así yo siento que estoy en Corrientes».
Su hija tiene otros gustos: «Es la fan número uno de
David Bisbal».
Intimo amigo de Marcelo Bielsa y de Jorge Valdano, Rocha es un personaje
especial, basta con decir que tiene 60 perros en su club.
«Los alimento con las sobras del restaurante de Elías»,
explica.
El «restaurante de Elías» es la «Taberna
Argentina», ubicado en la cima de un monte, cerca del Lago de
Maratón. Los domingos al mediodía estalla de gente,
y aunque la carne no es argentina, el método para prepararla
es claramente el del país sudamericano.
Milonás, de 42 años, tiene el restaurante desde 1980.
Nació en Orán, salta, y su esposa es de la cercana Tartagal.
De padres griegos, su hijo mayor nació en Argentina, pero las
dos hijas lo hicieron en Atenas.
«La gente está esperando que lleguen los Juegos, porque
ya no aguantaban las obras. Tendremos todo listo a último momento,
los griegos son así», admite Milonás, que perdió
por once votos la posibilidad de ser elegido concejal en Maratón
en las últimas elecciones.
No a la política
Lo de Terzian no es la política. A sus 36 años lleva
ya casi 14 en Grecia. A principios de los ’90 viajaba dos horas
de ida y dos de regreso para entrenar en Buenos Aires. Cansado de
tantos sacrificios, buscó una oportunidad fuera. En 1991 se
fue a Grecia. No fue sencillo, pero al final funcionó, y llegó
a ser medalla de plata en los 60 metros de los Europeos bajo techo
de 1994, además de integrar el equipo griego en los Juegos
de Atlanta 96 y Sydney 2000.
«Se que no soy un supertatleta, pero también que corrí
10,34 segundos en los 100 metros casi sin entrenarme», dice
Terzian, que vive a diez minutos a pie del estadio olímpico
«Spyridon Louis».
Su futuro, tras el cercano retiro, seguirá pasando por el atletismo.
«Me veo como entrenador de alto rendimiento», dice el
atleta, que es también bombero durante unos días al
mes debido al particular sistema de becas deportivas de los griegos.
Divididos entre dos mundos, cada uno mantiene a su manera el vínculo
con el país que los vio nacer, un vínculo que esperan
reforzar con los atletas argentinos durante los Juegos.
Rocha llegó a pensar que se sentía ya más griego
que argentino. Pero entonces llegó el Mundial de Estados Unidos
94, con un contundente 4-0 de Argentina ante Grecia: «Quería
que ganara Argentina. Ahí me dí cuenta de que no es
cierto que me sienta más griego que argentino».
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