El Gobierno busco minimizar durante
todo el día las declaraciones explosivas de Gustavo Beliz sobre
la SIDE y la forma de gobernar que tiene Néstor Kirchner.
Buenos Aires (Corresponsalía) > El Gobierno
Nacional intentó ayer poner un límite a la repercusión
y eventuales derivaciones de las graves imputaciones formuladas por
Gustavo Béliz en su forzada salida del Ministerio de Justicia.
La reacción del poder central apuntó a desmentir con
énfasis las denuncias sobre supuestas irregularidades en el
manejo de La SIDE, y, muy especialmente, a rechazar los cuestionamientos
de Béliz al estilo de gestión del presidente Néstor
Kirchner.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, -el funcionario a quien
Kirchner encomendó solicitar telefónicamente la renuncia
de Béliz- se encargó de sentar una posición oficial
sobre el manejo de la central de inteligencia.
Y subrayó que el ex ministro de Justicia fue desplazado de
su cargo por los serios incidentes registrados el viernes 16 frente
a la sede de la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires en el marco
de una marcha de rechazo a la sanción del Código de
Convivencia Urbana.
“Nosotros le hemos puesto a la SIDE toda la transparencia posible.
La SIDE de hoy no anda repartiendo sobres ni a funcionarios, ni a
periodistas ni a nadie y tiene un presupuesto en su mayoría
supervisado por organismos de control”, puntualizó.
Además, Fernández aludió también a la
afirmación de Béliz sobre la firma de cuatro decretos
secretos para aumentar el presupuesto de la SIDE, actualmente encabezada
por dos hombres cercanos a Kirchner, Héctor Icazuriaga y Francisco
Larcher.
En ese punto, el jefe de Gabinete precisó que las partidas
presupuestarias del organismo “fueron incrementadas por un decreto
secreto” antes de la llegada de Kirchner a la Casa Rosada.
“Cuando mandamos el Presupuesto 2004 al Congreso, el presupuesto
de la SIDE se incrementó formalmente en un 100 por ciento.
Se produjo un debate público y explicamos que, simplemente,
lo habíamos sincerado”, puntualizó.
Ayer, la primera línea del Ejecutivo Nacional buscó
poner un punto final a la primera crisis del Gabinete desde la asunción
de Kirchner que comenzó a gestarse por las diferencias internas
frente a la política de contención de la protesta social.
Aunque en la Casa Rosada consideraron como “parte de su estilo”
las denuncias formuladas por Béliz para justificar su despido
del Gobierno, los hombres cercanos a Kirchner pusieron especial énfasis
en rechazar las críticas al perfil de gestión del presidente.
Junto con las declaraciones públicas, en el Gobierno insistieron
ayer en defender los argumentos para el despido del jefe de Justicia.
“Béliz amenazó la autoridad de Kirchner”,
señalaron fuentes oficiales consultadas por este diario.
De acuerdo con esa evaluación, el malestar de Kirchner con
Béliz –y especialmente con el ex secretario de Seguridad,
Norberto Quantín- tomó cuerpo después de los
incidentes frente a la Legislatura metropolitana. |