Obsequio de una empresa privada por
la celebración del centenario, un nuevo monumento a la Confluencia
coronará el paseo del Alto.
Neuquén
> El monumento a las Banderas, en el extremo norte más
alto de la ciudad, fue demolido hace unos días. Desde entonces,
la sorpresa y las preguntas son las reacciones que dominan a los vecinos
que llegan hasta el paseo y se encuentran con que el predio es un
gran pozo rodeado por una media-sombra verde, donde hay maquinarias
y operarios trabajando de sol a sol.
La “remodelación” de este paseo responde a un obsequio
de la empresa Repsol-YPF con motivo del Centenario de la capital neuquina.
Entre otros ornamentos, el monumento que se emplazará exhibirá
una fuente con una corriente de agua que simbolizará la confluencia
de los ríos Limay y Neuquén, y un mástil de 45
metros en el cual flameará una gigantesca bandera argentina
de 15 metros de largo por 9 de ancho.
El regalo a Neuquén tiene un costo aproximado 700 mil pesos
y será inaugurado el próximo 12 de septiembre.
Punto de reunión y paseo indiscutido, la ahora desaparecida
Plaza de las Banderas desde hace años es uno de los lugares
emblemáticos para la comunidad capitalina. Allí, cada
fin de semana concurren centenares de personas.
Opiniones
Consultados por el recambio, casi ningún neuquino cuestionó
lo que vendrá. Sin embargo, no fueron pocos los que encontraron
la obra como innecesaria. Los más desinformados prefirieron
no opinar, mientras que otros reclamaron baños públicos
en el lugar y también bicisendas en los alrededores.
“Vine a curiosear porque mis nietos estaban muy asombrados”,
dice Manuela, una abuela neuquina de 76 años. “No voy
a juzgar lo que van hacer, porque todavía no lo terminaron.
Pero para mí, como estaba, estaba muy lindo. La ciudad tiene
otras prioridades y necesidades antes que esto”, opinó.
Andrés Vicel, del barrio Alta Barda, se pronunció en
el mismo sentido. “Con ese dinero se podrían haber puesto
en valor otros sitios de la ciudad o haber realizado una plaza en
algún barrio del oeste neuquino, donde los espacios de recreación
son necesarios”, expresó.
Reseña
Inaugurado en pleno Proceso de Reorganización Nacional, en
1979, la Plaza de las Banderas fue producto de uno de los tantos eventos
que se realizaron en conmemoración del centenario de la llegada
a la región de la primera división de la Conquista del
Desierto, en 1879. Por eso, los mástiles menores que allí
estaban, en teoría debían flamear los emblemas de cada
uno de los regimientos que protagonizaron la campaña que lideró
en el siglo XIX el Gral. Julio A. Roca.
En una clara apreciación con tinte político, Carlos
-que prefirió no dar su apellido- dijo: “Me parece perfecto
que le hayan pasado la topadora a ese monumento de la Dictadura. Eso
no representaba a los neuquinos”.
Ana Gutman, del barrio Limay, quien frecuenta el lugar con un grupo
de montaña para realizar actividades físicas opinó:
“No tengo idea de lo que van a hacer. Pero lo que sé
es que esta remodelación no era para nada prioritaria”.
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