La fama, sumada su cautivadora calidez
de voz, la condujo a capitanear la vanguardia de la música pop
brasileña. Madrid (DPA) > Afirma
ser tímida en la vida real, no saber mucho de música
y puede que su nombre no resulte de los más conocidos de entre
los numerosos cantantes brasileños, pero Adriana Calcanhotto
consigue que el público se rinda ante ella cuando sube al escenario
sin más artificios que su cálida voz y una sencilla
guitarra.
Sabe como pocos indagar en la riqueza de ritmos que conviven en Brasil,
sacando incluso el máximo partido de los sonidos que proporcionan
objetos cotidianos, y ha conseguido destacar en el amplio mar de músicos
brasileños. Además, ella es autora de las poéticas
letras de sus canciones que luego entonan voces consagradas como Maria
Bethania. Todo ello, sumado a la cautivadora calidez de su voz, ha
conducido a que Adriana Calcanhotto con tan sólo cinco álbumes
consiguiese capitanear la vanguardia de la música pop brasileña.
Disfruta en los conciertos y ha actuado en casi todos los escenarios
de Brasil, donde pasó de ser una promesa a estrella de moda
conocida por el gran público con los temas que sonaban en telenovelas.
Por esta razón «Vambora» (de la telenovela «Torre
de Babel»), «Devolva-me» («Lazos de familia»)
o «Mais feliz» («Suave Veneno») forman parte
de sus canciones más conocidas.
Tácticas
El hecho de que sus canciones se escuchasen en las telenovelas no
respondió a una mera táctica de promoción. Aunque
resulte extraña la combinación de su música sofisticada
con las series de televisión que gozan de mayor popularidad
en Brasil, la artista explica: «Cuando empecé mi carrera
mi sueño era ése, hacer música de calidad, arte.
Hacer poesía no para iniciados, sino para toda la gente».
La autora de «Maritmo» o «Enguico» afirma
que se siente especialmente fascinada por el mundo de las palabras
y su capacidad para cambiar rápidamente de significado (en
Brasil). Además, poetas como Waly Salomao o Joan Brossa han
cambiado su vida al igual que lo han hecho otros artistas de diversas
disciplinas en numerosas ocasiones. «Si yo puedo sentirme cambiada
por las palabras, entonces pienso que si estoy cambiada, puedo cambiar
el mundo», señala.
Visión
Su actitud calmada y sus ojos verdes que miran con timidez no dan
pista alguna de la gran artista que se esconde detrás de un
aspecto aparentemente sencillo.
«Soy tímida en la vida real, pero en el escenario no.
Soy otra. Casi nada me cuesta en el escenario. En el escenario la
manera de cómo pasa el tiempo es diferente», explica.
Adriana (Porto Alegre, 1965) parece disfrutar con los desafíos
y, en parte, esa es la razón por la que esta semana sale a
la venta un disco heterónimo «Adriana Partimpim»,
una suerte de álbum para niños y mayores que ya en su
carátula advierte «clasificación libre».
Desde mitades de los 90 Adriana soñaba con hacer un disco tan
especial como éste, pero los desacuerdos con la discográfica
le hicieron abandonar el proyecto (y la casa de discos).
Temas
Pese a no contar con temas compuestos por ella, el disco conserva
su esencia y más gusta cuando más se escucha. Este disco,
afirma, «es para salvaguardar alguna libertad y puede ayudarme
a tener más tiempo para hacer mi nuevo disco».
«No me gusta determinar para quién es mi música
-insiste-. Yo digo que es un disco de clasificación libre.
Creo que hice ese disco para decir justamente eso».
Faceta
El álbum da la oportunidad de conocer otra faceta musical de
Adriana, quien afirma que le gusta dejar de ser ella misma e intentar
ser otra alentada por el desafío de romper sus propios esquemas.
Calcanhotto pertenece a una nueva generación de músicos
que han nacido musicalmente influenciados por el tropicalismo. No
duda en elogiar a Caetano Veloso, uno de sus precursores e ídolo
personal, a quien incluso le ha dedicado una canción («Vamos
comer Caetano»).
Aunque ha cantado alguna de sus canciones, ella, sin embargo, ha trabajado
en sus composiciones con Moreno Veloso o Bebel Gilberto, hijos de
los grandes tropicalistas, a quienes admira porque han tenido que
trabajar con especial tesón para poder romper el peso de ser
hijos de artistas consagrados.
La cantante reconoce que ha sido difícil no ser arrastrada
por la tentación del «mainstream» musical y describe
cómo ve su carrera recurriendo a unas palabras de la actriz
brasileña Fernanda Montenegro («Estación Central»).
«Fernanda dice que los primeros diez años de una carrera
son muy, muy difíciles. Después de eso, todo se vuelve
mucho más difícil».
Influencia
Adriana cuenta que en cierta ocasión leyó un texto
de Matisse que le marcó especialmente. El pintor francés
decía que el éxito, o su ausencia, no puede presionar
al artista, y que antiguamente los artistas japoneses se cambiaban
el nombre para que sus obras dejasen de ser reconocidas por el prestigio
del autor. De ahí surgió la idea de buscarse un seudónimo
para su nuevo disco que también marca un punto y aparte en
su carrera. |