Por ALBA SUÁREZ
Cuando una ciudad se dispone a celebrar su centenario, rescata lo más
valioso que tiene: su pasado histórico.
Surgen así, casi de una manera espontánea, asociaciones,
grupos de vecinos, historiadores, que arman ese infinito rompecabezas
de ilusiones, como fueron las que tuvieron las primeras familias que
a comienzo del siglo pasado poblaron estas tierras.
Los que llegaron trajeron todo su bagaje cultural, idioma, religión,
costumbres.
Su propia historia que quedó desarraigada, quien sabe en qué
puerto. Vinieron hombres y mujeres que trabajaron la tierra, gente con
oficios, maestras, médicos, comerciantes. Y también llegaron
los poetas, los músicos y los artistas.
De eso se trata la muestra “Visiones de Neuquén Capital”,
un rescate histórico de todo el movimiento plástico de
esta ciudad. Esta muestra es el arte puesto al servicio de la historia,
son casi setenta años de pintura.
Pionero
Cuando la visite, recuerde que los pioneros poco sabían del
arte de academia, pintaban lo que veían. Enorme es el mérito
de lo que dejaron si no olvidamos que en 1904, recién se fundaba
la ciudad, a la vez capital del territorio, cuando en Europa ya había
pasado el impresionismo, el postimpresionismo y Picasso estaba haciendo
de las suyas y en Buenos Aires, ombligo y centro de la civilización, los
artistas de la generación del ’80 habían dejado
ya una impronta pragmática, europeizada, pero con enorme contenido
nacional. |