Se unieron a la marcha representantes
del CTA y organizaciones de derechos humanos.
Buenos
Aires (Télam) > Luego de varios meses de enfrentamientos,
organizaciones de piqueteros «dialoguistas» y «duros»
confluyeron ayer en un acto para repudiar y exigir el esclarecimiento
del asesinato de Martín «el Oso» Cisneros, y destacaron
que frente a un «crimen político» como este estarán
unidos, más allá de las diferencias ideológicas
y metodológicas que tienen.
El titular de la Federación Tierra y Vivienda (FTV), Luis D’Elía,
antes de leer el documento titulado ‘Honrar la vida’,
se refirió a la presencia de todas las agrupaciones piqueteras
en la intersección de Almirante Brown y Benito Pérez
Galdoz, en el barrio porteño de La Boca, donde se realizó
el acto, en completa calma.
«Podemos unirnos en estas circunstancias y ser capaces de escucharnos»,
destacó D’Elía ante la presencia de todas las
agrupaciones piqueteras antes de comenzar con la lectura del documento.
De la misma manera, ya se había referido en su discurso el
secretario de Derechos Humanos de la CTA, Ricardo Peiró, al
enfatizar que esa central de trabajadores «no concibe otra forma
de respuesta que actuar con más unidad. No hay diferencias
que puedan separarnos cuando se trata del asesinato de un militante
popular».
Aunque no fue Raúl Castells, su agrupación el Movimiento
Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) se sumó al
reclamo con algunos de sus representantes.
El acto y la movilización, que partió de Parque Lezama
a las 14, fue convocado por la CTA que dispuso, además, el
cese de actividades para que los trabajadores se sumen a la marcha
que se desarrolló en forma pacífica y ordenada, y con
un marcado tono ecuménico.
A las 15.30 comenzó la ceremonia en la que hablaron el religioso
musulmán Abdul Karin Paz, el pastor de la iglesia evangélica,
Alejandro Rodríguez, el padre Luis Farinello, por la iglesia
católica, y el pastor protestante Arturo Latesky.
Documento
Después se escuchó un breve discurso de Peiró
y D’Elía leyó el documento titulado ‘Honrar
la Vida’, en el que pidió «juicio y castigo a los
asesinos materiales e ideológicos de Martín ‘Oso’
Cisneros».
«Ante la agresión física, la cárcel, la
muerte o cualquier forma de criminalización de la protesta
social responderemos unidos y con todos los recursos legales y políticos
a nuestro alcance», señala el documento.
En ese sentido, agregó que «a los agresores los alcanzará
la justicia y la poderosa vieja corporación política
será desenmascarada. O gobiernan ellos o gobierna el pueblo»,
sentenció.
En otro tramo del documento, se hizo referencia a Juan Carlos Duarte,
el principal acusado de haber matado a Cisneros. «Se valieron
de un sujeto cargado de antecedentes penales involucrado en el negocio
de la droga y con captura de tres años. Andanzas delictivas
en Lomas de Zamora con estrechos vínculos con la policía
local».
Instrumento
En definitiva, el documento concluyó que Duarte «probablemente»
sea «un instrumento despreciable de la vieja corporación
política que resiste el avance de los movimientos sociales
y no encuentra otra forma de prevalecer sobre el nuevo rumbo político
del país». «Queremos saber quién era Juan
Carlos Duarte, quién lo protegía, con quiénes
se relacionaba, quién lo mandaba y para quién trabajaba
porque no se puede estar prófugo durante tres años sin
contar con la protección política, judicial y policial».
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