La muestra tiene obras de los primeros
pintores neuquinos, de la generación intermedia y de las propias
«visiones» de los artistas más jóvenes.
Neuquén > Anoche se inauguró en
la sala Emilio Saraco una muestra temática titulada “Visiones
de Neuquén Capital”. Y el nombre resume la intención
de presentar la ciudad tal cual la vieron veinte pintores neuquinos.
Esta muestra es un homenaje a la ciudad que está
próxima a cumplir su centenario y es organizada por la Secretaría
de Cultura, Deportes y Turismo.
Se trata de un documento histórico que acerca una visión
única y absoluta de un grupo de artistas, que cubren un período
de casi setenta años de historia de una ciudad, de sus personajes,
sus paisajes y su cultura.
Permite conocer cómo fue cambiando con los años un lugar,
como algunas cosas desaparecieron, se las llevó la pala civilizadora
y como otras, que no deberían estar, persisten.
Entre la obra de Rolando Haltrich, “El rancho de los Ríos”
pintada en la década del ’40 y la serie, “Los Ranchos”
de Carlos Juárez, actual, pasaron 60 años. Estas dos
obras son absolutamente testimoniales de una realidad de todos los
tiempos.
Público
”Visiones de Neuquén Capital” acerca al público
obras que buena parte de la generación de jóvenes
neuquinos no vieron jamás, como las que pintaron Rolando Haltrich, José
Falleti, Estanislao Gassowki y Aldo Robiglio.
Queda por mencionar, aunque la obra no este presente, a Rafael Cayol,
un porteño que nació en 1914 y falleció en 1990.
Vivió en la provincia de Neuquén. Ilustró varios
libros del Dr. Gregorio Álvarez. Humberto Ligalupi, otro artista
de la década del ’30 que se radicó en Neuquén.
Falleció en 1947. Su mayor aporte al patrimonio de la ciudad
son sus fotografías, colección que atesora su familia.
Fue un artista autodidacta.
Educación
Esta muestra reúne no sólo la obra de los primeros
pintores neuquinos, sino también de la generación
intermedia y de las propias “visiones” de los artistas
más jóvenes, reflejando ya casi el Neuquén del
siglo XXI.
En los primeros, la pintura es realista, figurativa y subjetiva.
En algunos casos se presentan temas muy duros y, en otros, las
obras contienen lenguajes más placenteros e idealistas. No
se debe olvidar que, no todos tuvieron una educación académica
en arte. Algunos concurrieron a talleres con larga trayectoria
y otros fueron autodidactas.
Luego, hay un gran salto en la obra de la generación intermedia,
cuya mayoría sí pasó por las escuelas de
arte y conocieron el nuevo orden y las nuevas vanguardias.
Dentro de este período encontramos las obras de Elva Elissetche,
Liliana Montes le Fort (con fuerte predominio del realismo mágico)
y Oscar Muñoz, cuya obra se planta en la tierra a la que pertenece.
Antonio Ortega Castellano, un artista con más de 70 premios
a sus espalda, es un acabado representante de esta generación.
Están presentes las obras de Carmen Oliveto, César Giaginto,
Elisa Algranati, Armando Calá Lesina, Susana Comesaña
y Susana Faila. Representando a las nuevas generaciones se incluyen
dentro de la muestra las obras de Sabrina Mayorga, Celeste Vénica
y Marina Robledo.
Dejamos para el final a don Emilio Saraco, un hombre que pintó
estos paisajes y su gente. Fue el primer director de la Escuela de
Bellas Artes. Él es el dueño de casa, los recibe a todos.
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