Cipolletti > Se fue en
silencio, con edad de espectador de dibujos animados y con los primeros
indicios del tercer milenio. Su salida del Club Cipolletti fue imperceptible
a los intereses de los hinchas, aunque el mundillo de formativas ya
hablaba muy bien de aquel segundo marcador central.
Jorge García, por entonces técnico de la primera albinegra
que disputaba el Nacional “B”, ya había posado sus
ojos sobre la figura de Emanuel Moiraghi cuando defendía las
espaldas de Germán Alecha, Bruno Weisser y Mariano Figueroa.
Las recomendaciones del entrenador fueron motivo suficiente para que
el Excel Group apostara a su desarrollo futbolístico en Quilmes
(institución que gerenciaba) allá por el año 2000.
Malos negocios del opulento grupo inversor precipitaron su salida del
país desencadenando el retorno del juvenil a la institución
rionegrina que llegó a cotizarlo en cien mil dólares cuando
tenía 15 años. “Era una locura”, sentenció
el jugador.
Unos meses sin acuerdo y la asistencia a cada práctica sirvieron
para que el zurdo defensor cumpliera los dos años necesarios
para quedarse con su pase e intentar suerte en otra institución,
como lo anhelaba, en el 2002.
Pretendientes
Los contactos de su padrino “profesional” le dieron la
chance de emigrar a Rosario, y desde un club liguista, Defensores
Unidos, probarse en Central, Newell’s, River y Colón.
Todos lo quisieron, pero fue Lanús quien realizó la
mejor oferta. “Me fue bien en todos lados y a pesar de tener
muchas posibilidades, mi actual club demostró el mayor interés”,
recuerda sin arrepentirse de la decisión tomada.
Desde la 5ª división granate comenzó a ganarse
un lugar en el plantel de primera, donde fue recibido a principios
del 2004 por Carlos Ramacciotti.
Pretemporada profesional en Necochea durante el verano, banco de suplentes
en el partido de la 13ª fecha ante Chicago y debut televisado
en primera versus Independiente por la 16ª.
“Supe que debutaba dos días antes del partido. Me puso
feliz y muchos dirigentes quisieron que firmara contrato antes de
jugar, me negué y especularon con quitarme la chance, pero
Ramacciotti prometió ponerme igual y cumplió”,
recordó Moiraghi con simpleza a pesar de la compleja situación
a la que se expuso.
El técnico le ha renovado la confianza cintándolo para
el 6 de julio. Diez días más tarde estará emprendiendo
viaje rumbo a Tandil. Su primer contrato profesional y las llaves
del departamento rentado por el club esperan por su firma en las oficinas
del presidente de Lanús, y todo a los 19 años.
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