General Roca > Después
de seis meses de gestión, el gobernador Miguel Saiz hizo un
balance de su trabajo y puntualmente sobre la tarea que desempeñó
su gabinete y los problemas que tuvo que afrontar en este período.
También habló de sus proyectos, de aquellos “heredados”,
y de la función que cumplió la oposición durante
este año.
¿Cómo evalúa estos primeros meses?
Fueron seis meses donde hemos hecho muchas más cosas que
las que la gente percibe. Ver un anuncio publicitario con todo lo
que pudimos realizar nos dio una visión distinta, que no
nos puede conformar. Seguramente tuvimos algún tema de acomodamiento
y de tiempos necesarios para que cada uno se amoldara a sus nuevas
funciones. Estoy conforme pero sigo apuntando a más.
¿Desde algunos sectores lo cuestionan porque dicen
que sus proyectos son heredados y no propios?
No importa. Yo no sé si son propios o heredados, lo que digo
es que son proyectos que nos están faltando. A mí
no me preocupa la autoría, lo que me preocupa es que lo disfruten
los rionegrinos. El autor es una cuestión absolutamente secundaria.
¿Sus enemigos políticos están dentro
o fuera del radicalismo?
No tengo enemigos. Tal vez hay cosas que se logran pero se minimizan.
Tenemos una provincia pacificada, sin grandes conflictos –no
sin problemas- porque vivimos en Argentina que es un país
periférico. Con nuestro aparato productivo en marcha, con
una participación ciudadana como hace mucho tiempo no se
daba y con un establecimiento del contrato social. Son logros que
cuando se tiene se debilitan y cuando no están se potencian.
La oposición, con algún discurso repetido, tampoco
tiene argumentos demasiado sólidos para la crítica.
La gente quiere resultados mas allá de las frases rimbombantes.
Este es mi estilo, y con ese estilo llegué hasta acá.
¿Logró agilizar los mecanismos de su administración?
Pido respuesta inmediata, agilidad, expeditividad y acortamiento
de los tiempos. Hay una sola cuestión en la que no tranzo,
es en los controles. Creo que el Estado está estructurado
en su función de mecánica interna de reglamentos en
función de una etapa de gran crisis, cuando más tardaba
en hacer un trámite, era más tiempo el que se ganaba
para decir, llegado el momento, no tengo plata. Hoy estamos en una
situación financiera distinta que nos obliga a asumir la
responsabilidad y a acortar los procesos administrativos en todo
lo que sea burocracia. Este es el desafío.
¿Puede evaluar la tarea dentro de su gabinete?
Esto no lo expreso hacia afuera, se lo digo directamente a mis funcionarios.
Es cierto que hay quien por su falta de experiencia en la función
pública –lógica y razonablemente- tardó
tiempo en acomodarse. Y hay áreas donde los reclamos son
más imperiosos que otros como por ejemplo Seguridad, Salud
y Familia, donde la gente espera respuestas de manera inmediata,
donde los problemas no se pueden dilatar en el tiempo.
¿Después de tantos conflictos, está
conforme con el área de Educación?
Yo nunca estoy conforme, siempre voy por más. Pero me parece
que en un mapa político de la Argentina donde cerca del 80
por ciento de las provincias tienen conflictos con paros y sin clases,
y nosotros tenemos a nuestros chicos en la escuela, ese no es un
dato menor.
No sé si es el mejor logro, pero siendo coherente con nuestro
pensamiento que la Educación y la capacitación son
las única llaves para el futuro, el tener todos los días
clases tampoco es un dato menor. Seguramente ahora estamos en proceso
de discusión y análisis del contenido de la Educación,
y si está concluido, lo podremos aplicar el año que
viene.
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