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El presidente Néstor
Kirchner decidió pagarle al FMI y evitó que el
país cayera en un nuevo default. |
Buenos Aires (Télam) > El Gobierno decidió
finalmente pagar el vencimiento que operaba hoy por 3.100 millones
de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego
de que su directora interina, Anne Krueger, confirmara telefónicamente
al presidente Néstor Kirchner que recomendará la aprobación
de la segunda revisión del acuerdo.
Después de una conversación que se extendió por
media hora, en la que el Gobierno se aseguró el futuro reembolso
de los fondos a través de la tan esperada «señal»
de Krueger, el Banco Central recibió de la Casa Rosada la orden
de girar a Washington los 3.100 millones de dólares para cubrir
el vencimiento, informaron fuentes oficiales.
El llamado de Krueger llegó a las 12,50 y se extendió
hasta las 13,20, a minutos de que el organismo diera por impago el
compromiso, que hubiera colocado a la Argentina en una cesación
de pagos con el Fondo y demás organismos multilaterales de
crédito.
Desembolso
«El 23 la plata vuelve a la Argentina», aseguraron los
voceros oficiales, que descontaban que no surgirán nuevos
inconvenientes entre los siete países más industrializados
(G-7), que serán en definitiva los encargados de dar el visto
bueno a las metas.
La sensación que transmitían los funcionarios en Casa
de
Gobierno es que como resultado del entendimiento «se mantiene
el espíritu del acuerdo firmado en septiembre» y se
preservan las posturas que la administración del presidente
Kirchner mantuvo en la negociación.
En ese sentido, se espera que la titular interina del FMI
remita en el transcurso del día una «carta personal»
a Kirchner, en la que repasará los puntos del acuerdo y la
recomendación que elevará al directorio para su próxima
reunión del 22 de marzo.
Deuda
Durante el diálogo, del que fueron testigos en el despacho
presidencial el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el
ministro de Economía, Roberto Lavagna, las fuentes aseveraron
que Kirchner y Krueger acordaron fijar «un umbral razonable,
sin porcentajes» para la aprobación de los bonistas
de la propuesta argentina.
En ese aspecto, el Ejecutivo logró vencer la presión
original del organismo para que se fijara en un 80 por ciento el
consenso necesario para que el plan oficial de reestructuración
se dé por aprobado por los bonistas.
No obstante, los voceros prefirieron no arriesgar si el entendimiento
se dará por cerrado cuando el país logre el acuerdo
del 50, el 60 por ciento o más de los bonistas.
Otra cuestión que se dio por superada ayer fueron las diferencias
en torno a la «cláusula de rescisión»
con las entidades designadas para conformar el sindicato de bancos.
Kirchner y Krueger pactaron que «el Gobierno va a aceptar
a las entidades designadas en la medida en que cumplan las condiciones
contractuales» señaladas, punto que deja en claro según
las fuentes que lo bancos estarán obligados a llevar a la
práctica la propuesta argentina.
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