Teherán (Reuters) >
El guía supremo iraní, el ayatollah Ali Jamenei, aseguró
que las elecciones legislativas se realizarán en la fecha
prevista del 20 de febrero, pese a la crisis desatada por un masivo
rechazo de candidaturas de políticos reformistas. Y recordó
a los diputados reformistas y al gobierno de Teherán que
renunciar «es un pecado».
«Las elecciones parlamentarias se celebrarán el 20
de febrero, sin que sean retrasadas ni siquiera en un día»,
afirmó ayer Jamenei ante miles de fieles musulmanes en Teherán,
según informó la televisión estatal iraní.
Jamenei, máxima autoridad religiosa y política del
país teocrático, también advirtió que
las renuncias de funcionarios que buscan impedir los comicios en
protesta por el rechazo de las postulaciones reformistas eran «contrarias
a la ley y prohibidas por el islam» y, por lo tanto, susceptibles
de duras penas.
Renuncias masivas
Varias dimisiones fueron anunciadas por ministros, viceministros
y gobernadores provinciales, mientras que 125 diputados dijeron
el fin de semana que abandonaban su cargo, privando de quórum
al Parlamento.
«Es obligación del gobierno organizar las elecciones
y nadie puede, en rebeldía, dejar de desempeñar su
obligación legal y excusarse de sus responsabilidades»,
sostuvo el guía supremo de la revolución islámica.
El presidente iraní, el reformista Mohammed Jatami, pidió
un retraso en los comicios luego de que el Consejo de los Guardianes
de la Revolución, un cuerpo formado por clérigos conservadores,
vetara 2.500 de las 8.000 candidaturas potenciales, en su inmensa
mayoría de políticos reformistas.
Último día
La crisis por las candidaturas marca un nuevo hito en la pulseada
entre sectores políticos reformistas y religiosos ultraconservadores
que comparten el poder en el país.
Voceros del presidente Jatami informaron que hoy vence el último
plazo para resolver la disputa con el Consejo, aunque no adelantaron
los pasos que seguirá el gobierno resformista en caso de
no llegar a un acuerdo.
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