Neuquén >
A pesar de los rigurosos controles nocturnos que realiza la Municipalidad
y la Policía en inmediaciones al Balneario Río Grande,
la venta ilegal de bebidas alcohólicas sigue a la orden del
día. Los comerciantes habilitados y los vecinos piden un control
más amplio y fuertes medidas del tribunal de faltas.
El personal municipal realizó el viernes un procedimiento de
inspección en el sector, pero dicen que son muchos los casos
de reincidencia. Indicaron que el problema estaría en manos
de la justicia.
La Policía que vigila la zona manifestó conocer que
muchos chicos consumen cerveza que llevan en sus autos, cuando estacionan
en la avenida Olascoaga. Pero, según dijo la oficial Dinolfo,
«no sabemos de la venta desde los automóviles, y tampoco
dónde compran estas bebidas».
Comerciantes
Los dueños de locales que fueron habilitados para abrir de
noche y realizar venta de bebidas alcohólicas, manifestaron
sus quejas y reclamos por un control más amplio. Aseguran
que existen muchos negocios y casas particulares cercanas al balneario,
que «a pesar de los controles municipales», siguen vendiendo
bebidas durante la noche.
«El problema nos afecta en varios sentidos, porque en esos
lugares venden la botella de litro a 1,80 pesos, mientras que todos
los habilitados la vendemos a 5 y en vasos de plástico -por
restricción municipal-. Los chicos vienen a consumir con
los envases de vidrio a nuestros locales, y la municipalidad nos
multa a nosotros», dijo Cecilia, encargada del parador «Ciclo
2».
Vecinos
La presidenta de la comisión vecinal del barrio Río
Grande, Laura Gaido, indicó que «el tribunal no está
trabajando con firmeza, porque los locales ilegales reabren después
de un par de días que son clausurados. Los robos y abusos
aumentaron muchísimo este verano, y todo tiene que ver con
la venta de alcohol y la falta de un fuerte control policial».
Agregó que no se trata solamente de locales o casas particulares,
«también proliferan los autos que llevan bebidas en
sus baúles y las venden».
El Tribunal de Faltas tiene la palabra
Neuquén
> El director general de Comercio, Fabricio Torrealday,
explicó que se realizan muchos controles en la zona del balneario,
pero que no resulta fácil combatir la venta ilegal de alcohol.
«Nosotros realizamos el acta de infracción o la clausura
preventiva y el Tribunal de Faltas es el que decide el monto de
la multa o el cierre del local», indicó.
Agregó que la última palabra la tiene la Justicia
y que ellos se ven limitados. «Además, tenemos que
inspeccionar en conjunto con la Policía porque sino los dueños
de estos locales suelen ponerse violentos», aclaró.
El funcinario afirmó que «la situación no es
para nada sencilla, ya que ahora han aumentado la cantidad de automóviles
que llevan bebidas en sus baules y las venden en las calles. Es
muy complicado seguirlos y atraparlos.»
El director de la subsecretaría de Medio Ambiente, Carlos
Roca, manifestó la misma preocupación y comentó
los trabajos de control que se realizan en la zona. El problema
es que «los comerciantes en infracción pagan la multa
que se les imputa, vuelven a abrir al día siguiente»,
dijo.
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