Un iraquí visita la zona donde explotó un coche-bomba, cerca de un control militar norteamericano.

Bagdad (Reuters) > Tres soldados de EE.UU. murieron y seis resultaron heridos ayer al estallar un coche bomba a la entrada de una instalación del Ejército estadounidense al Oeste de Bagdad, informó el Ejército. Pocas horas antes, dos soldados estadounidenses también habían muerto en un ataque con bomba contra el convoy en el que viajaban, cerca de Falluja.
Un portavoz dijo que dos de los heridos fueron evacuados a un hospital de campaña próximo y que los otros fueron tratados en el lugar de la explosión, en la ciudad de Khaldiya. Además, explicó que varios ciudadanos iraquíes habían resultado heridos por la explosión. Testigos dijeron que un coche se encaminó hacia el control militar y explotó cuando varios soldados se disponían a abandonar un vehículo.
Horas antes, dos soldados estadounidenses murieron en un ataque con bomba contra el convoy en el que viajaban cerca de la convulsionada ciudad iraquí de Falluja, dijo el Ejército de EE.UU.
En un comunicado, el Ejército dijo que estaba investigando lo ocurrido. Falluja se encuentra al Oeste de Bagdad, dentro de la zona conocida como «triángulo sunita».
En otro lugar del citado triángulo, en la ciudad de Samarra, un coche-bomba estalló ayer causando la muerte de al menos dos iraquíes, en una acción que las autoridades de Estados Unidos dijeron era un intento de interrumpir una votación local. Funcionarios de EE.UU. dijeron que 40 personas resultaron heridas en la explosión, incluidos siete soldados estadounidenses.

Elecciones
Bob Silverman, jefe de la autoridad de la administración en la zona liderada por EE.UU., dijo que la bomba estalló poco antes de que los consejeros locales se dispusieran a elegir a representantes para el consejo provincial. La votación tuvo que aplazarse unos días. «Estoy seguro de que la explosión pretendía impedir la votación», dijo.
La capitán Jennifer Knight del 70º Batallón de la Policía Militar dijo a Reuters en el lugar de los hechos que dos personas habían muerto y otras 40 resultaron heridas.
La oficial explicó que siete de los heridos eran soldados de EE.UU. que trabajaban en asuntos civiles en la ciudad y que resultaron alcanzados por los cristales rotos.