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Por LUIS AMAOLO |
Todo
inicio de año renueva expectativa y acrecienta las ilusiones
de lo que vendrá. El boxeo es un deporte sin secretos ni
misterios y está comprobado que los éxitos llegan
si hay esfuerzo, dedicación y trabajo; pero principalmente
con una planificación acorde a los objetivos propuestos.
Y en ese aspecto -el de la planificación- es al que deben
apuntar en este período, dirigentes, entrenadores y púgiles
si pretenden alcanzar resultados positivos. En especial los dirigentes,
que deben aprovechar el buen momento que atraviesa la actividad
en Neuquén para convertirla en top. El futuro parece auspicioso
-surgen promesas y se consolidan los experimentados año a
año- y el máximo exponente de la disciplina en la
provincia, el centenariense Aldo Ríos, es hoy por hoy el
único deportista neuquino con proyección internacional.
Estos argumentos, más que sólidos para la realidad
deportiva local, deben ser la base para consolidar el crecimiento.
Si se transita por la senda correcta, el 2004 puede darle varias
satisfacciones al boxeo neuquino. «Galán», el
«Príncipe» Omar León, el «Flaco»
Casanova, Pablito Godoy y los pibes amateurs que tuvieron un crecimiento
vertiginoso en la temporada anterior, están en condiciones
de generar nuevos lauros. Pero claro, para hacer realidad ese anhelo
no hay que descuidar un detalle fundamental: trabajo y más
trabajo. El primero en salir a escena será Ríos, quien
tiene previsto defender su título Sudamericano de los ligeros,
el próximo mes en Mar del Plata, frente al interminable «Kojak»
Silva. Aldo no debería tener inconvenientes para salir airoso
del pleito y seguir expectante esperando su cuarta chance mundialista.
Casanova, en tanto, desafió a fin de año al marplatense
Omar González -a quien intentará arrebatarle el título
argentino de los supermedianos- y la pelea saldrá a licitación
en los próximos días, así que el choque ya
es una realidad. El «Flaco» estaba esperando con ansiedad
este momento, ojalá no lo desperdicie. Otros dos púgiles
con proyección nacional -productos de la inagotable cantera
de Centenario- son Omar León y el «Zurdito» Godoy.
El «Príncipe» redondeó un 2003 formidable
para sus pretensiones -ganó las siete peleas que disputó-
y ahora, motivado por su venturoso presente puso la mira en el cinturón
nacional. Pablito, la aparición más explosiva de los
últimos tiempos, tendrá que darle continuidad a su
carrera si pretende darle un crecimiento más acorde a sus
aspiraciones (en el 2003 sólo combatió cuatro veces).
Sino le ocurrirá lo mismo que a su primo, Alberto «Maravilla»,
que está estancado y ausente. El capítulo final está
reservado para los pibes amateur, quienes intentan cambiar el rumbo.
La producción en el último Selectivo en la FAB debería
servir de bisagra para ganar un espacio en el ámbito nacional.
¿Alternativas?, Hay y varias, pero una concreta: la Federación
debería aumentar las cantidad de festivales -uno cada quince
días sería lo ideal-, que permitirían fortalecer,
no sólo a los púgiles, sino también a jueces
y arbitros. Con seriedad, disciplina y dejando de lado la absurda
soberbia que divide a quienes más conocen del tema, el despegue
es posible. ¿O acaso no nos haría feliz saber que
en los próximos Juegos Olímpicos, un neuquino podría
colgarse una medalla en el pecho?.
Según
el diario brasileño Jornal do Brasil, «Popo»
Freitas, quien el sábado último destronó en
los Estados Unidos a un Artur Grigorian desganado, lento y ineficaz,
muy distinto al que conocimos hace dos años en Budapest;
seguirá combatiendo en la categoría ligeros, la misma
donde milita nuestra Aldo «Galán» Ríos.
Freitas dio muestras de que le sienta bien pelear en el límite
de los 61,235 kilogramos y resignará las dos coronas superplumas
(Organización y Asociación), que lo llevaron a la
cúspide. Alejado del calor de su Bahia natal, «Popo»
en estas horas se dedica a esquiar en las laderas nevadas de Vermont,
disfrutando de los valiosos dólares cosechados en los últimos
tiempos. El nuevo «O Rei», por ahora no tiene de que
preocuparse.
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