Neuquén >
Hay un par de datos que definen el contexto de Sebastián
Luna. El chico hombre tiene 23 años. Hace tres que perdió
la visión.
Sin embargo, pese a todos los obstáculos, Sebastián
se las ha ingeniado para desafiar los problemas que le ha planteado
la vida y quitarles precisamente esa característica netamente
negativa.
Es más, en los últimos días fue seleccionado
entre 150 guitarristas de todo el país para pasar a la final
del certamen que se lleva a cabo año tras año en el
evento Guitarras del Mundo. Sólo quedaron diez. Y Sebastián
está entre ellos.
La definición será el próximo 23 del próximo
mes en Córdoba y, en el caso que sea elegido, tendrá
la posibilidad de tocar con algunos de los músicos que tanto
anhela conocer. Y hasta viajar al Festival Internacional de México.
Todo tiene su precio
Lentamente se hizo su camino. Comenzó a destacarse. Pero
también tuvo sus inconvenientes. «Para mí el
éxito es tener una satisfacción personal, cumplir
con un sueño, como tocar con grandes músicos, estar
ahí en el escenario con ellos, formar parte de una movida
musical importante, ser uno más», relata transformando
sus sueños en palabras.
Resaltar su falta de visión no es lo importante. Sí
como dato para entender el sobreesfuerzo que debe hacer. «Uno
está mas pendiente de otras cosas. Yo antes iba escuchando
música y ahora voy escuchando en qué sentido van los
autos. Uno apunta más la sensibilidad con las manos, como
por ejemplo leer con ellas. Es que cuando a uno le falta algo, comienza
a darle más importancia a otros aspectos. A esos otros que
por una cuestión cultural, social, no le prestaba atención.
Como por ejemplo palpar algo, tomar su fragancia, escuchar a alguien
o a algo más atentamente», explica Sebastián.
Sensibilidad
La música se ha transformado en su compañera. La guitarra,
una amiga inseparable con la que ha consolidado un fuerte romance.
Y en ellas encuentra muchos de los sentidos de la vida, de los sueños.
«Recuerdo que una vez lloré cuando escuché a
Quique Sinesi. Él ahora vive en España y viene de
vez en cuando a la Argentina. Estuvo hace dos años en Neuquén,
me gusta muchísimo, me llega. Igual con el ‘Negro’
Aguirre, Juan Falú, que se yo, son tan buenos», expresa.
La guitarra, esa extraña amiga y compañera
Neuquén
> El chico hombre es neuquino. Por adopción.
Nació en la ciudad austral de Río Grande, en la provincia
de Tierra del Fuego. Pero a los pocos años de primaria, la
familia rumbeó para estas tierras.
Y encontró su pasión por la guitarra de chico. «Empecé
a tocar en algunos grupos de acá con guitarra eléctrica.
Estuve en ‘Sueño Cipayo’, ‘Los Subterráneos’,
y también acompañé a Ana Pereyra, y al grupo
de tango ‘Por la vuelta’», cuenta Sebastián.
Su formación músical muy rigurosa habla de los buenos
profesores que tuvo, así como su férrea actitud de
exigencia personal.
Pero la vida también tuvo otros carriles para el chico hombre.
«En la secundaria era muy rebelde. Me sentaba en los pasillos
con mis walkman a escuchar música y no hablaba con nadie.
Era bastante...», reconoce. Pero un día encontró
una guitarra. «Siempre usaba la eléctrica pero en el
2000 agarré la de cuerdas de nylon y con la ayuda de mi padre
me empecé a enterar de algunas cositas», recuerda.
Su familia siempre estuvo con él. «En mi casa siempre
se escuchó mucha música. Siempre. Mis hermanos estuvieron
en el Coro de la Universidad del Comahue», asegura.
El camino lo encontró de una manera. Pero busca que no sea
la única. Es que Sebastián intenta componer.
«Los temas los tengo que hacer en Braille y eso lleva tiempo.
Pero lo hago igual», aclara. Ha escrito varias canciones,
todas con ritmos reconocidos de argentina como la chacarera ‘La
Espejada’, o la zamba dedicada a Cuchi Leguizamón,
que aún no bautizó. Hasta tiene una versión
muy particular del tango «Afiches», con el que se lució
la noche que tocó en esta ciudad.
Sueños
Y en este camino es que lo sorprende el haber llegado a la final
del Certamen. «Me gusta ir a todos los lados que pueda. Me
gusta participar, estar. Creo que tengo mucho para aprender y en
eso estoy, por eso para mí ya es un logro importante el haber
llegado a la final de este certamen. Cualquiera sea el resultado,
esto es muy importante. Es que la guitarra es un gusto. Y una necesidad»,
asegura.
|