Neuquén >
En un rincón de la ciudad, una pareja discute sobre qué
hacer un sábado a la noche. Ella le comenta que hay un Festival
de Cine Patagónico en el Teatro Español. Él
responde: «¿Cine patagónico? Pero están
dando Rápido y Furioso 2». El diálogo podría
reproducirse en muchos casos, y con diferentes películas.
Las cuestiones culturales son una cuestión que nos atraviesa
tan firmemente como seguido, que ni siquiera nos imaginamos el poder
que tienen sobre cada uno. El cine argentino está mal visto.
El cine norteamericano, todo lo contrario. Cualquiera es buena.
Es obvio que hablamos de una mayoría y no del conjunto entero
de la sociedad. Sin embargo, es imposible de negar que esto sucede.
¿Argentina?
«En nuestro país, el cine es la sexta industria
de producción. Mucha gente no sabe que producimos mucho más
cine que Francia. Sí, producimos más cine que Francia»,
cuenta Luis Rey, el director de la Asociación de Realizadores
Audiovisuales del Neuquén. Lo cierto es que, en la mayor
parte del planeta, los países son grandes consumidores de
su propia industria cinematográfica. Y reaceos a las visiones
extranjeras en este tema. Sin embargo, aquí sucede todo lo
contrario.
Un claro ejemplo de todo esto son los subtítulos. En la mayor
parte del mundo son odiados. La gente siempre quiere ver, no leer.
Sin embargo, aquí parecen ser una garantía de calidad.
Están totalmente instalados.
Producción
«Para contar una historia no necesitás una producción
de efectos especiales y de balas. No hace falta contar con dos millones
de dólares. La gente tiene que darse cuenta que hay cosas
de calidad. Es que está muy instalado en el imaginario que
el vecino no puede ser talentoso. Primero porque no está
rodeado de lo que se supone que es glamoroso porque pareciera que
tenes que salir en las revistas de chimentos para ser bueno»,
señala Rey.
Sin embargo, el vecino sí hace buenas películas. Pero
a veces preferimos mirar a Schwarzenegger. En un país vecino
como Brasil, pocas películas se exportann, porque ellos mismos
consumen mucho de su cine.
Quizás es un dato de que la cuestión puede revertirse.
Pero pensar que se trata de una cuestión netamente cinematográfica,
es errado. El entramado cultural lo atraviesa. Y ahí habrá
que apuntar. Por lo pronto, un buen inicio es darle la posibilidad
a los artistas locales. Tan sólo la chance de enterarse de
que tratan sus películas. Y el Festival de Cine es el lugar
indiciado.
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