Buenos Aires > El jefe de Gabinete, Alberto
Fernández, reconoció ayer que «falta mucho todavía»
para salir de la «situación crítica» en
que se encuentra el desempleo en Argentina, aunque observó
que «hay datos auspiciosos».
Con los nuevos números del Ministerio de Trabajo respecto
de un crecimiento del empleo de 4,4 por ciento entre septiembre
de 2002 y 2003, Fernández aseguró que se trata de
«una recuperación sostenida, no aislada».
«Mes a mes se sigue observando un crecimiento. Recuerdo lo
que era hace un año atrás la avenida Sante Fe u otros
centros comerciales, y hoy la ocupación allí es plena
y eso se repite en todas las grandes ciudades», describió
por radio Mitre.
Fernández aseveró que ese escenario «no hace
perder de vista» al Gobierno que «estamos todavía
en una situación crítica».
Medición
En mayo, según la última medición del Indec
(la próxima se está haciendo durante este mes y se
conocerá en noviembre), el nivel de desempleo alcanzó
al 15,6 por ciento del total de los trabajadores.
«El Presidente ejemplifica esto con que estábamos 10
kilómetros bajo tierra y ahora subimos dos kilómetros,
pero nos queda mucho por remontar», concluyó Fernández.
Piqueteros
Por otra parte, el Gobierno no aceptará una «extorsión»
de parte de las agrupaciones piqueteras que reclaman la entrega
de planes de asistencia social porque ya ha dicho que hay «restricciones»
para ampliar el número de beneficiarios de esos programas,
afirmó hoy el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
El funcionario, que el miércoles debió permanecer
hasta la madrugada del día siguiente encerrado en la cartera
laboral porque un grupo de piqueteros impedía su salida,
confirmó que ordenó a sus abogados denunciar penalmente
a los manifestantes, en una muestra de que el Gobierno «no
va a responder a ese tipo de presiones».
No obstante, en línea con el discurso oficialista de «no
criminalizar» la protesta social, Tomada consideró
que la palabra «extorsión» con que se algunos
sectores definieron la actitud de los piqueteros le parece, al menos,
«un poco dura».
«La palabra extorsión me parece un poco dura frente
a gente que tiene tamañas necesidades», planteó
el ministro en declaraciones a radio Mitre.
Aunque, acto seguido, advirtió que «si esa fue la intención,
quedó claro que el Ministerio y el Gobierno no van a responder
a este tipo de presiones».
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