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Ricardo Herlein (derecha),
junto a sus abogados defensores en el momento de la sentencia. |
ZAPALA.- Los jueces de la Cámara Multifueros
de Zapala, condenaron ayer al topógrafo salteño Ricardo
Aníbal Herlein a la pena de 10 años de prisión
por el homicidio simple de su concubina María Isabel Barco.
El tribunal consideró que Herlein «celaba» a
la empleada gastronómica con la que convivió durante
5 años en la localidad de Villa La Angostura.
La víctima de 36 años fue «brutalmente»
asesinada tras mantener una fuerte discusión con el imputado
de su misma edad, la noche del 2 de febrero de 2002. Luego Herlein
se «deshizo» del cadáver, depositándolo
en cercanías de la ruta 231. Posteriormente escapó
a Salta donde fue apresado y confesó el hecho.
Los camaristas también consideraron ayer que hubo «reciprocidad»
en las escenas de celos que envolvió a la pareja, al afirmar
que la mujer «creía que el procesado tenía alguna
relación» con una chica que sería familiar muy
íntimo de Barco.
Esa situación, según los testimonios que obran en
la causa, generó frecuentes discusiones entre el imputado
y la víctima. Pero los jueces consideraron que es «inexplicable»
que Herlein «zanje esa disputa golpeando a Barco brutalmente»
con un elemento contundente. El golpe fracturó el cráneo
y el parietal derecho de la mujer.
«Ha existido intención de causarle la muerte»,
sostuvo el camarista Hugo Martínez. Apuntó luego a
la conducta de Herlein tras cometer el asesinato (ver recuadro).
El presidente del tribunal, Oscar Rodeiro, y el camarista Enrique
Modina, adhirieron a fundamentos de Martínez en el juicio
abreviado que ayer se realizó en Zapala.
Penas
El fiscal Héctor Trova, por su parte, solicitó 11
años y 6 meses de prisión para Herlein. Reconoció
que el imputado asumió su autoría y responsabilidad
en el hecho. Aunque también consideró «su fuga
y el reconocimiento tardío de su autoría».
«Faltó colaboración por parte del acusado»,
dijo el fiscal en un escueto alegato donde ratificó que Herlein
es autor material y responsable del «homicidio simple»
de su concubina.
Los abogados particulares de Herlein, Pablo Lara y Mariano Laprida,
alegaron ayer que la sentencia para el topógrfo salteño
«no puede ser tan gravosa». Por ello solicitaron la
pena mínima, 8 años de cárcel, mientras el
imputado alzaba su mirada notoriamente compungido.
«Llevaba una vida normal y tenía un trabajo normal
hasta que ocurrió ese hecho desgraciado», manifestó
Lara y señaló que «Ricardo es un buen tipo al
que le han pasado cosas no tan buenas en la vida».
Laprida destacó ante los jueces que el propio Herlein, a
poco de ser detenido en Salta, «pide hablar con el sargento
Suárez y revela lo que pasó y además realiza
un croquis para indicar donde se hallaba el cadáver».
Laprida, en tanto, señaló que su defendido también
le manifestó al policía Villar (durante su traslado
desde Salta) que «quiere explicar y pagar por lo hecho».
Rodeiro dispuso un cuarto intermedio al ver que Herlein se esforzaba
para contener el llanto. Esta congoja conspiraba contra su voluntad
de manifestar su «total arrepentimiento» por el crimen
que cometió.
Una conducta fría
ZAPALA.- «La conducta posterior al hecho,
deshaciéndose del cadáver, revela una fría
determinación; lo mismo que el cinismo de su denuncia y declaraciones
tratando de desviar la investigación hacia el ex marido de
la víctima, conducta innoble que pondero como agravante»,
afirmaron ayer los jueces zapalinos al fundamentar la sentencia
que recayó sobre el hombre que asesinó a su concubina,
María Isabel Barco, en Villa La Angostura.
Los camaristas apuntaron luego al intento de fuga de Ricardo Herlein
en Salta. Este se justificó señalando que con ello
procuraba que no le dieran muerte «lo que suena inverosímil»,
expresó ayer el camarista Hugo Martínez y sus propios
colegas, Oscar Rodeiro y Enrique Modina, quienes adhirieron a los
fundamentos del primero.
Martínez aludió luego a la «angustia de los
familiares» de la víctima, que «no pueden mitigar
el tardío pedido de perdón» -en la audiencia
de ayer- por parte de Herlein. Los jueces también consideraron
-entre otros buenos conceptos de Herlein- la «colaboración
prestada al esclarecimiento del hecho, aunque quizás determinada
por la certeza acerca de su suerte, pero que, de todos modos, fue
decisiva para alcanzarlo (...)».
Disculpas y arrepentimiento
ZAPALA.- «Pido disculpas y voy a pagar por
lo que hice», manifestó ayer el imputado Ricardo Herlein,
visiblemente acongojado. Trató de hilvanar un discurso muy
entrecortado donde reiteró su arrepentimiento y sugirió
a los jueces que tengan clemencia en el fallo.
«Solicito una última oportunidad para hacer lo que
quiero y me gusta», dijo el topógrafo salteño
en otro tramo donde aludió a su pasión por «construir
caminos». Herlein trabajaba en una empresa vial que asfaltaba
la ruta a Chile, en Villa La Angostura, cuando cometió el
crimen en una casa situada en calle Los Araucanos del barrio Las
Piedritas.
Herlein, ya menos tenso, buscó con su mirada al comisario
inspector Mario Rinzafri para pedirle «disculpas por las molestias
causadas». Y allí dejó entrever que Rinzafri
pudo haber sospechado sobre lo sudedido con Barco, cuando el oficial
iniciaba la investigación del caso que conmovió a
los 7 mil habitantes de la villa turística.
«A lo mejor ya sabía (sobre lo sucedido con Barco)
por su experiencia...», dijo Herlein mirando a Rinzafri.
Herlein empezó relatando que «en un instante pasé
a otra etapa: estoy ciento por ciento arrepentido desde ese momento».
Y agregó que «quiero pagar y voy a pagar» por
lo que hice».
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