BUENOS AIRES.- El ministro
del Interior, Aníbal Fernández, aseguró ayer
que el viaje de Néstor Kirchner a Estados Unidos «realmente
colmó las expectativas» del gobierno y explicó
que en la gestión de George W. Bush la Argentina recuperó
«el sistema generalizado de preferencias, que implica exportar
los productos al mercado norteamericano con aranceles diferenciales».
«El viaje presidencial realmente colmó las expectativas
del gobierno, que halló canales de resolución de problemáticas,
a la vez que permitió seguir trabajando sobre determinados
puntos o definiciones estratégicas» con el gobierno
norteamericano, dijo Fernández, para quien «nadie podía
aspirar que Kirchner regresara de Estados Unidos con una carpeta
repleta de temas resueltos».
En diálogo exclusivo con Télam, Fernández aseveró
que «a eso no se viaja. Kirchner fue a hacer un contacto personal
que proporcionase algunas respuestas, que encontrase canales de
resolución de problemáticas y que permitiese seguir
trabajando sobre puntos o definiciones estratégicas, y ello
fue logrado».
El titular de la cartera política dijo que «las expectativas
fueron colmadas, ya que lo que el gobierno imaginó que podía
suceder efectivamente ocurrió, además de aprovechar
íntegramente todo lo que significó el diálogo
con el presidente Bush».
Fernández reivindicó la participación del secretario
de Comercio Exterior de Estados Unidos, Bob Zellick, en la reunión
realizada en el Salón Blanco de la Casa Oval porque su presencia
«siempre fue muy buena para los argentinos», y recordó
que ese funcionario en su momento elogió «el trabajo
realizado por Martín Redrado sobre el sistema generalizado
de preferencias para exportar los productos nacionales con aranceles
diferenciados».
El ex intendente de Quilmes indicó también que el
país «va por muy buen camino», que el presidente
Bush «se mostró absolutamente comprensivo respecto
de la situación argentina» y que inclusive le trasladó
a Kirchner «su absoluto conocimiento» de que el Jefe
de Estado santacruceño «no provocó la crisis
y que se halla abocado denodadamente a intentar su solución»
definitiva.
Por otra parte, Fernández confesó que durante el encuentro
en la Casa Blanca Kirchner le señaló a Bush que su
visita no se inscribía en «el pedido de ayuda»
a Estados Unidos, por lo que el mandatario norteamericano le contestó
que si el país «se ayudaba a sí mismo iba a
recibir el respaldo y apoyo» de su administración.
Fernández comentó asimismo que Bush señaló
la necesidad que la Argentina continúe por el camino actual
y que persista en «la regularización de todas y cada
una de sus variables, en la apuesta a obtener un superávit
primario mayor oportunamente acordado con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y que respete su política inflacionaria, monetaria
y cambiaria» para obtener resultados.
El ministro se mostró optimista respecto de la posibilidad
de que Estados Unidos ejerza su notoria influencia en el seno del
FMI para que el país logre finalmente rubricar con el organismo
«un acuerdo de largo plazo», ya que la cartera de Economía,
al mando de Roberto Lavagna, ha realizado «un trabajo muy
pulcro y responsable, el que se comprobó en la relación
pacientemente conquistada con los organismos internacionales»
de crédito.
Agregó que al ex presidente Eduardo Duhalde le cupo en su
momento «ordenar un país que se prendía fuego»
y recordó que los dichos del ex funcionario norteamericano
Paul O’Neill y del propio FMI sobre la Argentina hoy «no
son reconocidos ni festejados por el gobierno norteamericano a partir
de la existencia de una relación muy distinta que fue construida
laboriosamente».
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