BUENOS AIRES.- La presidente
de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, calificó
ayer de «muy valiente» la decisión del presidente
Néstor Kirchner de derogar el decreto que prohibía
la extradición de militares, aunque admitió que hubiera
preferido que los ex represores «hubieran sido juzgados aquí,
sobre todo (Alfredo) Astiz».
Bonafini reconoció que no la sorprendió la decisión
del ex represor Juan Antonio Azic -incluido en la lista de 45 militares
con pedido de captura expedido por el juez Rodolfo Canicoba Corral-,
que intentó suicidarse el jueves y consideró que «sería
fantástico» que a otros «se les diera por ese
lado».
«Como ellos están tan seguros de lo que hicieron y
están convencidos de que lo volverían a hacer, ojalá
a muchos se les diera por ese lado, sería fantástico»,
destacó la titular de las Madres de Plaza de Mayo en declaraciones
a radio Mitre.
Bonafini consideró que la decisión del presidente
Kirchner de derogar el decreto que impedía la extradición
de militares acusados de violaciones a derechos humanos durante
la última dictadura, «es muy valiente aunque uno siempre
prefiere que fueran juzgados aquí, sobre todo Astiz».
«Nosotros quisiéramos verlos condenados aquí,
porque él fue el que secuestró a nuestras madres,
de lo que se habla tan poco», sostuvo Bonafini.
Respecto a la detención de los militares, la titular de Madres
de Plaza de Mayo consideró que los ex represores «no
van a ir a la cárcel porque sí, en todo caso los ponen
presos, los mandan a los cuarteles que es como si a mí me
mandaran a la Casa de las Madres: la paso bárbaro, si estoy
todos los días ahí».
«Si hay un tipo que no se quiere enfrentar con la cana porque
algún poquito de conciencia se le metió y se pegó
un balazo me parece bárbaro», reiteró Bonafini,
en torno a la decisión de Azic de suicidarse.
En tanto, la titular de las Madres admitió que no esperaba
una decisión «tan rápida» del Ejecutivo
nacional en torno al decreto que impedía la extradición
y destacó que «es una medida que muestra que el gobierno
sigue haciendo cosas que antes estaban mal».
Sin embargo, Bonafini destacó que «el gobierno tiene
otro tema muy grave que se lo dijimos al presidente cuando lo fuimos
a ver: para nosotros no era tan importante las leyes de Obediencia
Debida y Punto Final como el hambre y la desnutrición infantil
que viene a través de la falta de trabajo».
«Si no hay trabajo nadie puede solucionar nada con bolsitas
de comida y dádivas y acostumbrar a la gente a no trabajar
y a que los hijos coman en la escuela, en vez de estudiar»,
advirtió.
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