BUENOS AIRES.- El jefe
de Gabinete, Alberto Fernández, afirmó ayer que la
Corte Suprema de Justicia debe decidir sobre la inconstitucionalidad
o no de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y señaló
que desde el gobierno se respeta la regla de que «los poderes
entre sí son independientes».
Fernández dijo que con la derogación del decreto que
prohibía la extradición de ex militares acusados de
violación a los derechos humanos durante la dictadura lo
que hizo el Poder Ejecutivo «es no interferir en una decisión
que debe ser estrictamente judicial».
«Definitivamente quiero que sea la Justicia la que resuelva
responsabilidades, que no sea la vocación unilateral del
poder político que dice que no los persigan ni la decisión
personal de quien decide quitarse la vida para no verso sometido
a la Justicia. Quiero que la Justicia diga», afirmó
Fernández.
El ministro, al defender la decisión de derogar el decreto
de Fernando De Rúa, sostuvo que «definitivamente lo
que hizo el Poder Ejecutivo es no interferir en una decisión
que debe ser estrictamente judicial».
«Lo que queremos es que la Justicia en la República
funcione sin interferencias es lo único que nosotros buscamos
y lo único que buscó el presidente (Néstor)
Kirchner, ahora está en manos de la Justicia ver que hace
frente a cada pedido de extradición».
Fernández afirmó que «no es sobre la base del
olvido y la impunidad que se reconstruye la Argentina porque han
pasado los años muchas veces se ha intentado olvidar y muchas
veces a través del olvido se ha buscado la impunidad y evidentemente
no se lograron los objetivos».
«Si queremos vivir en un país desarrollado, en un país
en serio, normal, la búsqueda debe ser la búsqueda
de la Justicia, que el infractor a las normas reciba su castigo,
así se construye una sociedad y una República»,
destacó.
El funcionario agregó que con una de las «reglas»
que se maneja el gobierno es que «los poderes entre sí
son independientes por eso el análisis de la posible inconstitucionalidad
de la ley de Obediencia Debida y Punto Final es hoy tratada por
la Corte Suprema y es ese tribunal el que debe resolver y no es
bueno que haya interferencias ni opiniones que condicionen a la
Corte».
Recordó que «hemos sido muy críticos de las
épocas en que los ministros visitaban los despachos de la
Corte para obtener un fallo en un sentido o en otro, si queremos
cambiar no repitamos la historia».
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