s
Con información regional de Neuquén y Río Negro 
Portada
Regionales
Policiales
Economía
Espectáculos
Deportes
Exterior
Clasificados
Correo de Lectores
Ediciones Anteriores
Toda la información de www.ambitoweb.com.ar
Economía
Política
Deportes
El Tiempo
Charlas de Quincho

 



La mayoría de los accidentes viales
ocurren por los peatones distraídos

BUENOS AIRES.- La distracción y el incumplimiento de normas elementales como cruzar por las sendas demarcadas, respetar los límites de velocidad y la luz de los semáforos, encabezan a nivel mundial las causales de accidentes de tránsito, donde los peatones llevan la peor parte.
En la Capital Federal, según un estudio sobre Seguridad Vial realizado por la Defensoría del Pueblo, los peatones representan el 60 por ciento de las víctimas fatales en accidentes viales. Y en los Estados Unidos, los atropellos son la primera causal de muerte entre los menores de 14 años.
En absoluta desventaja física frente a la contundencia del choque contra un vehículo -más allá de que ocurra por infracción del conductor- las personas deberían extremar sus precauciones al transitar por la vía pública, recomiendan los especialistas. El informe de la Defensoría porteña consigna que la probabilidad de muerte de una persona al ser atropellada es del 10 por ciento si el coche va a 20 kilómetros por hora; del 30 por ciento si circula a 40; y del 100 por ciento, si se desplaza a 100 kilómetros por hora.
En tanto, los varones representan el 67 por ciento de los lesionados en colisiones y atropellos, y el 57 por ciento de las víctimas fatales por esas causas.
El estudio indica además que del total de lesionados durante 2002 en accidentes de tránsito, el 33,1 por ciento circulaban a pie, el 9,4 en bicicleta y el 57,5 por ciento en automóvil. A nivel mundial, de los 20.000.000 de accidentes viales que se registran por año, «en cada caso ha incidido una importante cuota de error humano o distracción», dicen los especialistas. En todas partes se insiste en la necesidad de realizar campañas de educación vial para revertir la situación y en esto resulta elemental el conocimiento y el respeto a las normas que rigen la circulación, tanto para conductores como para transeúntes.
Tampoco estaría de más que cada parte posea al menos alguna noción de los errores que puede cometer la otra, ya que los accidentes nunca son «accidentales», sino el resultado de una secuencia de hechos que, generalmente, podrían haberse evitado, de mediar un mayor conocimiento y atención de sus protagonistas. Salvo el caso de una falla técnica sorpresiva -rotura de los frenos, de la dirección o del semieje, estallido de los neumáticos, etcétera-; o de un malestar súbito del peatón o el conductor -como infartos, epilepsia o calambres- el llamado «accidente» no debería producirse.
Si sucede, es porque algunas de las partes cometió un error previsible donde la distracción, el exceso de confianza, el descuido o, directamente, la infracción, desembocó en hecho lamentable, con consecuencias muchas veces mortales.

Cómo andar por la calle sin morir en el intento

BUENOS AIRES.- Uno de los elementos subjetivos de mayor incidencia en los accidentes de tránsito es la dispersión mental a causa de preocupaciones, estrés, o simplemente porque la atención es atraída por distintos estímulos que actúan en la vía pública.
Es en los estímulos, además, donde la gente busca alivio o escape a las presiones o conflictos, sin tener en cuenta que de esta manera su atención se dispersa y corre el riesgo de aumentar sus problemas con accidentes de imprevisibles consecuencias. Para ejemplificar, valen las observaciones realizadas, en plena crisis tras la devaluación, por profesionales europeos que realizaron un trabajo social en la Argentina.
A pocos días de llegar al país, manifestaron su incomprensión por lo que consideraron una falta de correlato entre lo que decían los medios de comunicación y lo que percibían en las calles respecto de la seguridad urbana. «Quienes hablan aquí de inseguridad, no han caminado por algunas ciudades de Centroamérica, e incluso de Europa, donde la gente se mira con recelo porque espera ser agredida. Los argentinos tienen una actitud abierta y confiada. Aquí no hay miedo, hay enojo», sostuvieron.
¿Cómo andar por la calle sin morir en el intento? En primer lugar, observando reglas que, podría asegurarse, nadie desconoce: caminar por la vereda, esperar que el semáforo habilite el cruce de la calle, hacerlo por las esquinas y mirar previamente. Pero por sobre todo, prestar atención, porque el mal llamdo «accidente» obedece en la mayoría de los casos a que alguien no obró como debía.

 

Volver a Regionales
Volver a Regionales


 
Copyright © 2000-2001-2002-2003 - lmsur.com.ar - Todos los derechos reservados.