EL CHOCON.- Ni el fuerte
estado gripal que lo persigue desde hace un par de días y
menos aún las heladas ráfagas de viento que azotan
la villa pueden frenar su ímpetu. Corre, salta, golpea con
fervor la bolsa en el improvisado gimnasio armado en los albergues
que le cedió el Municipio local y no deja de ilusionarse
con una noche gloriosa, ante su gente, conquistando su primer título
en serio.
Aldo Ríos sabe que esta vez no puede fallar y por eso no
afloja. Respira hondo, escucha atentamente las indicaciones de su
coach, Bruno Godoy y en los paréntesis del exigente trabajo
observa por la ventana del complejo las turbulentas aguas del lago
Ramos Mexia, buscando un poco de relax.
El próximo sábado, en el estadio Ruca Che, el púgil
de Centenario intentará arrebatarle la corona Sudamericana
de los ligeros al bonaerense Héctor Fabián Tejeda
y no quiera dar ninguna ventaja. Por eso, hace ya un par de días
se instaló en la tranquilidad de El Chocón a la espera
del trascendental combate junto a su entrenador, y a otros tres
productos de la Escuela del popular «La Bestia»: Alberto
«Maravilla» Godoy, Mario «La Araña»
Quintumán y Daniel Pieroni, quienes también el sábado
treparán al cuadrilátero del Ruca Che para protagonizar
un festival de primer nivel.
«Esta gripe me mató, pero mañana (por hoy) ya
voy a estar recuperado. La verdad molesta, te impide trabajar normal,
pero que la gente en Neuquén y Centenario se quede tranquila,
porque el sábado voy a ganar el título», sostuvo
ayer «Galán» mientras saboreaba un exquisito
asado y disfrutaba del «mini-recital» de su amigo Carlos
Césari.
La expectativa de Aldo por el cruce ante Tejeda es tan grande, que
la comparó con sus dos peleas mundialista: la del ’99
en Las Vegas frente a Stevie Jhonston y la del 2001, en Budapest
ante el mítico uzbeko Artur Grigorian. «Es una oportunidad
única y no pienso desaprovecharla. Es la chance de entrar
en la historia grande del boxeo, porque el título Sudamericano
tiene muchísima importancia en el ámbito nacional
e internacional».
A Aldo no le gusta hablar demasiado, por eso sólo se limitó
a asegurar: «estoy muy motivado, me entrené como nunca,
así que puedo vencer sin problemas a Tejeda o a quien tenga
enfrente», mientras miraba con picardía al emblemático
dinosaurio ubicado en el ingreso a la villa.
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