Fue
el más intenso bombardeo desde que comenzó el conflicto
bélico entre Estados Unidos-Gran Bretaña y el país
gobernado por Saddam Hussein. Los aliados lanzaron misiles sobre
todo el territorio iraquí, pero se sintió fundamentalmente
en la capital, donde hubo nuevamente víctimas civiles. Bush
y Blair destacaron que la guerra puede ser larga, tanto como necesite
«la victoria» sobre Saddam; y el norteamericano anunció
que enviará más soldados: nada menos que 100.000.
Es preocupante la situación de poblaciones enteras, pues
no ha podido llegar la ayuda humanitaria. Hubo duros combates entre
escuadrones blindados, cerca de Basora. Los aliados aseguraron que
destruyeron 14 tanques iraquíes. |