La amenaza de una ruptura política en la alianza
entre Bush y Blair, no quedó resuelta, sino sólo
postergada, por lo que intentaron mostrar cierta armonía
durante la primera Cumbre que celebraron tras el inicio
de la guerra de Irak.
El silencio del presidente estadounidense a las capciosas
preguntas de los periodistas y las cautelosas declaraciones
del premier británico evidenciaron que los problemas
que los separan no han sido resueltos, sino sólo
aplazados.
«Permítanme destacar que el principal objetivo
es y debe ser ahora la victoria militar», afirmó
Blair en conferencia de prensa.
El premier británico arribó a Camp David
con un agenda significativamente abultada. Su intención
era dialogar sobre la puesta en marcha de una ofensiva
diplomática para la paz en Oriente Medio, un
rol activo de las Naciones Unidas en el Irak de posguerra
y la restauración de la dañada relación
entre EE.UU. y gran parte de Europa.
Sólo en el primer punto, Bush apoyó por
completo a su socio británico. El presidente
remarcó que el plan para un entendimiento entre
israelíes y palestinos será publicado
pronto. Diplomáticos en Washington dudan sin
embargo que haya una rápida evolución
de los hechos.
En relación al rol de las Naciones Unidas en
el Irak de posguerra, EE.UU. y Gran Bretaña están
de acuerdo en la necesidad de reactivar el programa
de ayuda humanitaria «Petróleo por Alimentos».
Pero el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell,
ha dado a entender claramente que Estados Unidos, como
cabeza militar de la invasión, también
quiere retener control sobre el futuro de Irak. |
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WASHINGTON (Télam-SNI/ANSA/reuters).- El
presidente de Estados Unidos, George Bush, afirmó ayer que
la guerra en Irak durará «todo lo que se necesite para
ganar», durante la conferencia de prensa en Camp David junto
al premier británico, Tony Blair, donde pidieron a Naciones
Unidas la restitución del programa Petróleo por Alimentos.
La guerra durará «el tiempo que se necesite para ganar.
Todo lo que se necesite para lograr nuestros objetivos», afirmó
Bush tras la primera Cumbre con Blair desde que empezó la
guerra en la residencia presidencial, cerca de Washington.
Los líderes de los países que componen la coalición
que atacó Irak se reunieron antenoche y ayer en Camp David
para analizar el desarrollo de la campaña militar y definir
sus posiciones con respecto a la cuestión de Oriente Medio
y de ayuda humanitaria a los iraquíes.
El presidente estadounidense afirmó además que las
fuerzas de la coalición en Irak realizan «avances regulares»
y que «lenta, pero seguramente, Saddam Hussein pierde el control»
sobre el país. «Enfrentamos ahora a las unidades más
fuertes y decididas del ejército del dictador. La campaña
que nos espera exigirá todavía más valentía
y sacrificios pero conocemos el resultado: Irak será desarmado,
el régimen iraquí llegará a su fin y el pueblo
iraquí que sufre desde hace tiempo será liberado»,
declaró Bush.
Bush y Blair manifestaron también que desean «la reanudación
inmediata» del programa Petróleo por alimentos de la
ONU, acordado tras la Guerra del Golfo en 1991 y suspendido antes
del inicio del ataque contra Irak.
«El Primer ministro y yo (...) urgimos a las Naciones Unidas
a reanudar inmediatamente el programa petróleo por alimentos»,
dijo Bush durante una conferencia de prensa conjunta con Blair,
su más cercano aliado.
El programa, asegura directamente la sobrevivencia de 60 por ciento
de la población iraquí y fue suspendido 10 días
atrás por el Secretario general de la ONU en vísperas
de la invasión británico-estadounidense a Irak. En
ese sentido, Blair remarcó que mientras que «nuestra
prioridad es la victoria militar», la de Naciones Unidas es
la de la ayuda humanitaria.
Por su parte, Bush dijo que la «hoja de ruta» para una
solución pacífica al conflicto en Medio Oriente será
divulgada pronto. «Pronto divulgaremos la hoja de ruta destinada
a transformar una idea en realidad», la creación Estado
palestino al lado de Israel, declaró Bush.
Desmienten fusilamiento
de soldados
BAGDAD, Irak (Reuters).- El gobierno de Irak desmintió
ayer la acusación que hizo el primer ministro británico,
Tony Blair, de que las tropas iraquíes habían ejecutado
a soldados británicos que habían sido capturados.
En una entrevista con la televisión Abu Dhabi, el ministro
iraquí de Información, Mohammad Saeed al-Sahaf, dijo
que Blair «mintió al público» y agregó:
«No hemos ejecutado a nadie».
Sobresalió entre las noticias, el momento en que marines
de Estados Unidos revisaban el equipaje, manchado de sangre, de
los iraquíes que murieron en un autobús perforado
por balas. Periodistas contaron cuatro cadáveres que yacían
afuera del vehículo; los marines dijeron que había
otros 16 adentro. Los cuerpos eran de hombres adultos, que vestían
ropa militar y civil y tenían papeles que parecían
identificarlos como miembros de la Guardia Republicana iraquí.
Los infantes de la marina buscaban armamento entre el equipaje,
pero uno de ellos dijo a Reuters que sólo encontraron dos
pistolas.
Dos hombres que sobrevivieron al ataque, que habría ocurrido
el miércoles, fueron atendidos por médicos y trasladados
a un hospital. Los sobrevivientes habrían escapado a campos
cercanos y plantaciones de palmas.
Uno de los marines recogió una billetera en la que había
fotos de una boda, una tarjeta de membresía del ejército
y una imagen de la selección inglesa en la Copa Mundial de
fútbol.
Fuego de cañones y metralletas dejó al camión
lleno de huecos y mató a la mayoría de los que iban
sentados. Los macabros restos eran evidencia de la despiadada eficiencia
conque unidades frontales de los marines están limpiando
el camino hacia el Norte de la central ciudad de Nassiriya, para
abrir paso a un enorme convoy militar.
Reporteros han visto más de una docena de autobuses y camiones
quemados y cuerpos de al menos 60 hombres iraquíes durante
una avanzada de tres días desde Nassariya, donde los marines
sufrieron cerca de diez bajas en emboscadas el sábado.
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