BAGDAD, Irak (EFE/El Mundo/AFP).-
El ministro iraquí de Defensa, Sultán Hachem Ahmed,
aseguró que la administración Saddam Hussein es «inexpugnable»
al tiempo que reconoció que las primeras unidades estadounidenses
y británicas se encuentran a 140 kilómetros de las
puertas de la ciudad. Según explicó, las tropas de
la coalición podrían rodear Bagdad en los próximos
cinco o diez días.
En rueda de prensa, ayer a la tarde, el primer ministro británico,
Tony Blair, aseguraba que las tropas aliadas se encuentran a 75
kilómetros de la capital. Los 1.000 paracaidistas de EE.UU.
que tomaron tierra en Arbil, la capital del Kurdistán, se
están encargando de abrir el frente Norte de Irak a las tropas
terrestres de la coalición. Los soldados, con la ayuda de
aliados kurdos, se hicieron con el control de un aeródromo,
según el Pentágono.
Según el Reino Unido, el objetivo es proteger la zona, no
llegar a Bagdad por el Norte. Los efectivos pertenecen a la 173ª
Brigada Aerotransportada del Ejército estadounidense, con
base en Vincenza (Italia). Tras tomar tierra los paracaidistas se
hicieron con el control de una pista de aterrizaje clave en el norte
de Irak. Este es el mayor despliegue aliado en esa parte del país
y el control del aeródromo constituye la primera instalación
de importancia bajo control aliado en esa región.
Sorpresa
Soldados estadounidenses heridos en combates en territorio iraquí,
y hospitalizados en Landstuhl (sudoeste de Alemania), declararon
ayer que se vieron sorprendidos por la enconada resistencia árabe
y por soldados que vestían ropas de civiles.
Tres de los 21 soldados internados en ese hospital militar, junto
a la base áerea de Ramstein, dijeron que no esperaban una
resistencia tan fuerte de los efectivos iraquíes durante
los combates que libraron en diferentes puntos del centro-oeste
del país.
«No lo entiendo, venimos para protegerlos», dijo uno
de los militares en conferencia de prensa. Una declaración
que resultó insólita para gran parte de la prensa.
Otro soldado, de 21 años, admitiendo su mala conciencia por
haber dejado a sus camaradas de armas luchando mientras él
está hospitalizado, declaró sin embargo que «nadie
quisiera regresar al frente de batalla». Uno de sus compañeros
de infortunio, de 31 años, declaró por el contrario
que desea reincorporarse a su unidad.
Otra sorpresa fue el hecho de «tener que enfrentarnos a personas
vestidas de civil que se acercaban a nosotros portando armas, pero
que pronto nos percatamos de que tenían uniformes militares
escondidos bajo sus ropas de paisano», sostuvo otro de los
soldados, herido en un brazo y una pierna en uno de los incidentes
en Nasariya, al Sur de Bagdad.
Saddam revisó la táctica
de guerra
BAGDAD (Télam-SNI).- El presidente iraquí,
Saddam Hussein, presidió ayer reuniones con sus máximos
colaboradores y los dirigentes de su partido, Baas, informó
la televisión iraquí. En el encuentro con los colaboradores
estuvieron presentes, según la televisión, el hijo
menor del presidente, Qussai, que dirige la Guardia Republicana,
cuerpo de élite del ejército iraquí; el vicepresidente
Taha Yassín Ramadán y el viceprimer ministro, Tarek
Aziz.
La televisión no precisó el contenido de la reunión.
En tanto, durante la reunión del Baas, los participantes
adoptaron el compromiso, según la televisión, de «causar
el máximo de pérdidas humanas y de daños materiales
a los enemigos», en referencia a las fuerzas estadounidenses
y británicas.
El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, dijo que
el conflicto en Irak puede ser peligroso y largo, estimación
que había adelantado el mandatario norteamericano, George
Bush, durante la conferencia de prensa de Camp David.
Según el secretario de Defensa, el conflicto bélico
corre el riesgo de ser más peligroso aún a medida
que los militares se acercan a Bagdad, donde no se excluyen combates
con la Guardia Republicana de Saddam Hussein. Rumsfeld, lo dijo
flanqueado por el jefe de estado mayor, el general Richard Myers.
Derrota para iraquíes en Naciones
Unidas
GINEBRA, Suiza (Reuters).- Las Naciones Unidas
rechazaron ayer un llamado de ocho países, incluidos Rusia
y Siria, para examinar la situación humanitaria y de derechos
humanos en Irak. La representación de Irak ante la Comisión
de Derechos Humanos de la ONU condenó inmediatamente la decisión
y dijo que era un «día oscuro» para la organización
porque los iraquíes estaban «sufriendo torturas psicológicas».
«Hoy, esta comisión ha vivido un día oscuro
al rechazar la discusión de un asunto tan importante como
la situación humanitaria en Irak durante la agresión
militar», dijo el delegado iraquí Dari K. Mahmood,
después de la votación.
«La población iraquí está sujeta al genocidio»,
añadió. «Veintiséis millones de personas
están sufriendo tortura psicológica». Sin embargo,
el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
Sergio Vieira de Mello, dijo: «Tenemos que recordar que la
crisis de los derechos humanos en Iraq no comenzó hace una
semana. Los derechos humanos de los iraquíes se han violado
durante años, como se ha documentado ampliamente».
El foro de 53 estados está celebrando su sesión anual
de seis semana en Ginebra mientras las fuerzas lideradas por Estados
Unidos avanzan hacia Bagdad.
Los ocho miembros -que también incluyen a Malasia, Zimbabwe,
Sudán, Argelia, Burkina Faso y Libia- habían pedido
una sesión especial de la comisión para discutir «los
derechos humanos y la situación humanitaria en Iraq como
consecuencia de la guerra».
Naciones occidentales, incluidas Australia, Canadá e Irlanda,
se opusieron al llamado en nombre de la Unión Europea, alegando
que el Consejo de Seguridad de la ONU ya estaba contemplando ese
asunto. Durante la última década, la comisión
ha celebrado sesiones especiales durante conflictos en Bosnia, Rwanda
y en los territorios palestinos ocupados por Israel.
En la votación pública hubo 18 países a favor,
incluidos todos los estados árabes y musulmanes, y 25 en
contra, con siete abstenciones y tres delegaciones ausentes, según
funcionarios. Al introducir la resolución, el enviado de
Siria, Salloum Toufiq, denunció la invasión de Irak
por Estados Unidos y Gran Bretaña como un «regreso
a la Edad Media», donde se cortaba el suministro de agua y
alimento a la población civil.
«Nos dijeron que sería una guerra limpia, que no afectaría
a los civiles. Eso no es cierto», dijo Toufiq. «Nos
dijeron que era para ayudar al pueblo iraquí. Todo lo que
ha recibido son bombas (...) Hay muertos y heridos entre los civiles
en Irak. ¿Cómo no reaccionar?» agregó.
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