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Por Abel Basti |
BARILOCHE.- Es un fenómeno
raro poder ver tormentas eléctricas en Bariloche. Como promedio
estos fenómenos naturales pueden ocurrir una o dos veces
al año especialmente durante veranos secos y calurosos.
Eso fue precisamente lo que ocurrió el domingo pasado cuando,
en horas de la mañana, los relámpagos cruzaron el
firmamento.
Luego de cada haz furibundo -que deja dibujada su fulgurante línea
quebrada en el aire- se podían escuchar los truenos que llegan
a los oídos pocos segundos más tarde.
Una diferencia que se explica simplemente porque la luz viaja más
rápido que el sonido.
Como el espectáculo es raro en estas latitudes motivó
a que grandes y chicos se detuvieran para ver los rayos lumínicos
precedidos de poderosos estruendos.
Pero mientras el espectáculo del fenómeno natural
sucedía simultáneamente un verdadero desastre informático
ocurría en Bariloche.
m Sobrecarga de energía
Ese día las potentes corrientes eléctricas, generadas
en forma natural, ingresaron a los cables telefónicos y por
ese fino camino a miles de computadoras.
La sobrecarga de energía inutilizó la parte más
sensible: los módems de los ordenadores. La palabra módem
significa demodulador o modulador. Se trata de un aparatito que
recibe la información digital de una computadora y la convierte
en analógica, apropiada para ser enviada por una línea
telefónica.
También permite el proceso inverso o sea que recibe la información
analógica -de la línea telefónica-, la convierte
en digital y la envía a la computadora.
Merced a los módems se pueden enviar y recibir correos electrónicos
o ingresar al cuasi mágico mundo de Internet entre otras
alternativas.
Pero la potencia de las fuerzas naturales cortó en Bariloche
el acceso a la red global de modo imprevisto.
Recién ayer se comenzó a tomar conciencia del daño.
En ese sentido se supo que se habían agotado las existencias
de módems que venden los comercios de informática.
Por otra parte centenares de quejas -de usuarios con sus módems
dañados- recaían en Telefónica de Argentina.
Voceros de esa empresa fueron terminantes y aseguraron que la red
de telefonía en Bariloche tiene las protecciones adecuadas.
Pero también dijeron que en este caso la potencia de los
rayos fue de tal magnitud que superó las previsiones dañando
las computadoras.
Finalmente aseguraron que si la potencia hubiese sido mayor se podrían
haber quemado también los teléfonos.
La principal zona de daños se registró al oeste del
cerro Otto hasta Villa Los Coihues inclusive según los primeros
relevamientos.
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