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Turquía
sigue complicando el
plan de guerra de los aliados |
Los kurdos iraquíes, enfrentados a Saddam Hussein,
pero también a los turcos y que no confían
mucho en Occidente porque no cumplió sus promesas
de apoyo a un Kurdistán independiente, ahora amenazan
abrir su propia guerra dentro de la guerra de EE.UU. contra
Bagdad, ante la presencia de tropas de Ankara en su territorio.
Aliados secundarios de Bush en el ataque a Irak, los kurdos
pueden convertirse en un fuerte dolor de cabeza para las
tropas invasoras, de romperse el difícil equilibrio
que sostienen estas últimas con el ejército
turco, socio estratégico en la OTAN, tradicional
represor interno de los rebeldes kurdos, y siempre interesado
en el petróleo de Kirkuk y Mosul, ciudades vecinas
al Kurdistán iraquí.
Se cree que unos 10.000 soldados turcos ya se encuentran
en el norte de Irak, donde Ankara mantiene desde 1997
una presencia militar discreta, sobre todo para luchar
contra los guerrilleros kurdos turcos del Partido de los
Trabajadores del Kurdistán (PKK) que se refugiaron
allí.
Los kurdos, duros opositores al gobierno de Irak, que
movieron a George Bush padre en 1991 a crear la zona de
exclusión del norte para salvarlos de la masacre
iniciada por Hussein, hoy no reciben de EE.UU., sin embargo,
máscaras antigas, y su reclamo de un Estado independiente
es ignorado por Bush hijo para no incomodar a Turquía.
Los kurdos son el mayor pueblo sin Estado del mundo: más
de 30 millones de personas con una lengua y cultura común,
pero que viven repartidos entre Turquía, Irak,
Irán, Siria y Armenia.
Su territorio es una de las mayores reservas acuíferas
y petrolíferas del Oriente Medio. Casi todo el
crudo extraído por Turquía y Siria, y un
tercio del de Irak, surge de los pozos perforados en suelo
kurdo.
EE.UU. ya dijo que no aportará los 30.000 millones
de dólares que ofreció al gobierno de Ankara
si permitía el ingreso de sus tropas en Turquía
para atacar por el norte a Irak, pero la autorización
más limitada para usar su espacio aéreo,
que les concedió el primer ministro, Recep Tayyip
Erdogan, tenía como contrapartida el ingreso de
tropas turcas en el kurdistán iraquí. |
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ANKARA, Turquía (Reuters).- Estados Unidos,
que pretende lograr estabilidad en el norte de Irak para abrir un
posible segundo frente contra la administración Hussein, fracasó
ayer en su intento de convencer a Turquía para que no envíe
tropas a la región iraquí controlada por los kurdos.
«Continuaremos conversando en los próximos días»,
señaló a periodistas el diplomático estadounidense
Zalmay Khalilzad tras el segundo día de conversaciones con
oficiales turcos. «Este es un asunto difícil y complicado».
EE.UU. y la Unión Europea han dicho abiertamente a Turquía
que no envíe tropas a la región, porque temen enfrentamientos
entre soldados turcos y las milicias kurdas, que ahora ayudan a un
pequeño número de fuerzas especiales norteamericanas
a vigilar a los iraquíes desde las montañas. A pesar
de que no obtuvo el permiso para que las fuerzas estadounidenses usaran
territorio turco como base de lanzamiento para la invasión
a Irak, documentos de la Casa Blanca mostraron ayer que el gobierno
de George Bush planea otorgarle a Ankara hasta 8.500 millones de dólares
en préstamos directos o garantizados.
Turquía dijo ayer a la Unión Europea (UE) que su fuerzas
estaban en la frontera sólo por razones humanitarias y que
no tenía intenciones de emprender acciones militares en esa
zona, informó un portavoz del bloque europeo. El vocero agregó
que la UE espera que Ankara respete esa postura.
El primer ministro turco, Abdullah Gul, dijo que sólo Turquía
podía decidir si enviaba tropas a Irak «por razones humanitarias
o para impedir oportunidades de terrorismo», haciendo referencia
a los separatistas kurdos que operan en la zona.
Oficiales dijeron que el despliegue podría llegar a decenas
de miles de tropas. Washington había planificado el uso del
territorio turco para lanzar un ataque con 62.000 soldados hacia el
norte de Irak y forzar a las tropas del presidente Saddam Hussein
a luchar en dos frentes simultáneos.
Pero Turquía, uno de los países de la OTAN, sorprendió
a los estrategas militares estadounidenses con su negativa a otorgar
permiso a las tropas aliadas.
Presiones y negociaciones
WASHINGTON (Télam-SNI).- Los 74.700 millones
de dólares adicionales que el presidente George Bush solicitó
al Congreso para financiar la guerra recompensan a varios aliados
estadounidenses, incluida Turquía, que recibiría u$s
1.000 millones (falta confirmarse aún). A pesar de la dura
disputa por el rechazo de Ankara a garantizar el acceso de las tropas
estadounidenses a las bases turcas para lanzar desde allí una
ofensiva a Irak, el pedido de suplementario incluye una donación
de 1.000 millones de dólares para ese país, que podrían
ser utilizados para obtener 8.500 millones de dólares en préstamos
director o garantías de préstamos. |
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