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Una de las detenidas
tras declarar ayer por colaborar con el venezolano. |
BARILOCHE.- Tres de los cuatro detenidos por la
investigación de abuso y corrupción de menores, que
tiene como principal imputado al magnate venezolano Eduardo Pius
Schlageter, fueron sometidos ayer a pericias psicológicas
de parte de médicos forenses de la justicia provincial.
Bernardo Eppstein, de 63 años; Patricia Uribe, de 18, y Sandra
Oyarzo, de 20, fueron llevados antes de las 9 a la Oficina del Cuerpo
Médico Forense, de la calle San Martín, y permanecieron
por casi dos horas en el interrogatorio que hicieron los peritos
psicólogos.
El sábado 1° de febrero al mediodía
fue detenida Patricia Uribe, por ser la presunta «entregadora»
de menores al millonario venezolano Eduardo Pius Schlageter,
de 71 años.
Uribe declaró que su cómplice era su prima
Sandra Oyarzo, quien fue detenida el domingo siguiente.
Las dos mujeres habrían entregado al magnate
al menos cinco niñas de su entorno familiar,
de entre 2 y 12 años, además de otras
del barrio Malvinas.
La primera denuncia la hizo el padrastro de una menor
que debió ser tratada en el hospital porque presentaba
lastimaduras. También se registró el caso
de otra niña, considerada de «clase media»,
que fue entregada a las dos prostitutas por su prima
de 14 años.
Las mujeres salían con las niñas «a
dar una vuelta al centro», o a «tomar helados».
En la mayoría de los casos, las menores regresaban
con zapatillas o ropas nuevas. El millonario habría
pagado por las menores en dólares, aunque algunas
niñas habrían recibido 50 pesos.
Se supone que eran llevadas a la vivienda de Anasagasti
1119, donde vive Bernardo Epstein. Allí, el magnate
alquilaba por 250 pesos una habitación amplia,
con dos camas, una matrimonial y otra pequeña,
decorada con plantas y objetos caribeños.
Epstein, según la investigación, sería
el «nexo» entre las mujeres y el millonario,
aunque su grado de participación en los supuestos
delitos de Abuso Deshonestos y Corrupción de
Menores, aún no está determinada. |
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Las dos mujeres están detenidas desde los primeros días
de febrero ya que fueron señaladas por menores como las responsables
de llevarlas hasta una vivienda de la calle Anasagasti.
En tanto que Eppstein está preso desde el pasado jueves y
se sospecha que es el vínculo entre las mujeres y el millonario
venezolano, a quien le alquilaba una sofisticada habitación
de su casa en Anasagasti 1119.
Perfiles
El siguiente es el perfil de cada uno de los tres imputados, según
los datos aportados a este diario por familiares directos. Patricia
Uribe: nacida en Bariloche. Tiene dos hijos, que están siendo
criados por su madre y una cuñada.
Vivía en el barrio Ushuaia, aledaño al Malvinas, de
donde son la mayoría de las doce denuncias de menores abusadas.
De acuerdo con lo dicho por su madre, Margarita Uribe, tiene problemas
de adicción y alcoholismo desde los 12 y desde hace años
mantiene una relación homosexual con una mujer llamada Carina
Villagra, quien sería -según la madre-quien la introdujo
en el mundo de la prostitución.
Margarita Vergara dijo que «Bernardo (en alusión a
Eppstein) llamaba los sábados» a su casa preguntando
por su hija. «Yo a veces no tengo ni para pagar la luz. Le
decía a ella, cómo puede ser que coma en lo de Carina
pollo al horno y que yo esté llevando a su hijo al comedor
del barrio».
Sandra Oyarzo: nacida en Bariloche. Según relató su
madre, Liliana Vega, empezó a tener problemas de conducta
desde los 14, edad en que se fugaba de su hogar. Igual que su prima,
Patricia Uribe, padece de alcoholismo y adicciones desde la adolescencia.
Desde los 14 vive con un hombre de su edad en una precaria vivienda
del barrio Malvinas.
De acuerdo con lo dicho por su madre a este diario, «ni ella
(Sandra Oyarzo) ni su marido tenian ocupación. Hacía
tres meses que él había conseguido que lo anotaran
en los Planes, pero ella, muchas veces no tenía ni para comer.
Venía a comer a mi casa». Las dos mujeres integraban
equipos de fúlbol femenino de la liga local.
Bernardo Eppstein: nacido en Bariloche. Su familia materna es una
de las más antiguas de la ciudad. Quedó huérfano
en su temprana infancia y fue criado por su abuela. Fue empleado
gastronómico pero sus principales recursos -según
su tío Alfredo Macías- provienen del alquiler de habitaciones,
la venta de dulces y cosméticos. Sus vecinos dijeron que
en el barrio se sabía que «no le gustaban las mujeres».
El hombre hacía dulces de frutas varias y las donaba al comedor
de la capilla Santo Cristo. De acuerdo con lo dicho por sus allegados,
Eppstein «no sabía que el venezolano llevaba menores
a su propiedad».
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